Busque lo que necesite

1000 Oldies

miércoles, 22 de junio de 2011

Hachicko / Razones para llorar / Ana Margarita Barraza Medina


Hachiko, siempre a tu lado
“Las hojas se secaron, la nieve llegó y Hachi a las 5 pm esperaba en la estación, sin comprender que su hombre ya no regresaría, pues al cielo partió, dejando un gran vacío a quien un día del frío salvó. Un día cualquiera, cansado por los años, y esperando como siempre a su hombre en la estación, Hachi, sus ojos nunca más abrió. ”

Frase hermosa que encontré.

“Hachi, era el perro de mi abuelo, Wilson. Lo llaman perro misterioso, porque nadie sabía de dónde venía. Pudo haberse escapado de la perrera, o pudo saltar de la ventana de alguien que venía de un lugar lejano, de Nueva York, o de Nueva Jersey… pero llegó a la estación de tren, donde lo encontró mi abuelo. Y es ahí donde la historia comienza…”

Hachiko, un perro de raza japonesa llamada Akita, es el perro más leal que se ha conocido. La historia es tan bella que he llorado siete veces. La primera, ni siquiera sabía sobre la película, ni el perro. Estaba buscando en la tele qué ver, y en el canal FOX exhibían Futurama, una serie sobre un muchacho que entregaba pizzas, un día le hicieron una broma al muchacho, y quedó congelado 1000 años. En el episodio que vi, él encontraba el cadáver momificado de su perro (8 veces), llamado Seymour. Le dan la opción de revivirlo (9 veces), pero él se niega pensando que tuvo una buena vida sin él. Al final del episodio, te muestran los doce años que vivió Seymour sin él, pero resulta que los pasó esperándolo enfrente de la pizzería en la que Fry trabajaba.

La segunda fue cuando cierta persona, llamada Cory, la contó y se puso a llorar, por lo que yo también lloré. La tercera fue en clase. La cuarta fue cuando se la estaba contando a mi mamá. La quinta fue hace 10 minutos cuando leí lo que no vi en Wikipedia. La sexta fue cuando copié la imagen de internet, y las demás quedaron anotadas en el texto de arriba. Y para colmo la estoy viendo en mi cocina mientras escribo. Probablemente llore en 2 horas, o menos. No, me acabo de dar cuenta que ya voy a empezar a llorar, porque el perro se resiste a ir con Wilson. Me doy 10 minutos a lo mucho.

Retomando la reseña, Wilson Parker encuentra a un perro en la estación del tren que toma para ir a su trabajo. Wilson enseña música en una universidad cercana. No puede permitir que lo manden a la perrera, así que lo lleva a su casa (dios aquí viene la parte triste). Su esposa no lo quiere, por una experiencia pasada con un perro llamado Luke. Se lo lleva al trabajo, donde un compañero le dice que es un perro muy especial, y que su collar dice Hachi, que significa número ocho y que es de buena suerte, por lo que lo llama Hachi.

Cuando nadie lo busca, Wilson (9 veces, porque ya llegó la parte triste) lo educa y su hija, Andy, está muy feliz con él. Al ver el amor que le tienen al perro, Cate, la esposa, decide quedárselo. Pasa el tiempo, y la rutina (10 veces, porque en los últimos dos renglones me había serenado) para ellos era: Wilson y Hachi se iban a la estación, (11 veces) Wilson se iba al trabajo y Hachi regresaba a casa, en la tarde Hachi lo esperaba dos minutos antes de que el tren llegara, y juntos se iban a casa.

(12 veces, esto ya debería ser un récord). (13, Definitivamente tengo que conseguir un premio). (14 veces, creo que en este punto tengo que explicar porque son tantas ocasiones. Yo no lloro a mares cada vez, no me gusta llorar, suelto tres o cuatro lágrimas, me sereno y luego regresan las lágrimas). Llevo 10 minutos, sin poder escribir, está pelicula me va a hacer depresiva, asi que esperaré un poco. 3:57- 4:17, los 20 minutos más tristes de toda mi vida.

Debido a que mis lágrimas no me dejaron continuar, retomaré desde donde me quedé.

Mientras lo cuidaba, había algo que desconcertaba a Wilson, Hachi no iba por la pelota. Su amigo el japonés le dijo: “no es un perro americano, es japonés… si quieres uno que busque la pelota, cómprate un Collie. Hachi no lo hará, tiene que tener una razón importante para hacerlo.” Un día Hachi sorprende al profesor atrapando la pelota. Ese mismo día, el profesor sufre un paro cardiaco, o algo así, y muere. Hachi se queda esperándolo, hasta que Michael, el esposo de Andy, llega y se lo lleva. Cate vende la casa y Hachi se va a vivir con Andy, Michael y Ronnie, el hijo de Andy. Pero cuando tiene la oportunidad, se escapa, busca en su antigua casa, pero al no verlo se dirige a la estación y se sienta en su lugar de siempre. Cuando lo recogen, Andy se da cuenta de mucho que Hachi extraña a Wilson, y lo deja libre. Hachi regresa a la estación, donde Jess, un vendedor de hot-dogs que le hacia el café a Wilson, lo alimenta.

El pero se va a vivir debajo de un vagón sin usar y por los siguientes años vive ahí, regresa a la puerta de la estación y se sienta, Jess lo alimenta y en la madrugada regresa a su no convencional hogar. Llama la atención de un reportero, quien publica su historia. Al leerla, el amigo japonés va y lo visita y le dice en japonés: “Ya han pasado años, te entiendo, todas las noches a medianoche me levanto y lo recuerdo, Parker era una gran persona. Así que si Hachiko quiere esperar, Hachiko debe esperar.”
Cate va a visitar la tumba de Parker, donde se encuentra al japonés, quien la lleva a visitar a Hachi. Esa tarde, Cate le cuenta a Ronnie sobre Hachi. Cierta madrugada, cuando llega el primer tren, Hachi regresa a su lugar habitual, pero no lo resiste y se duerme. Sueña que ve a Parker y juntos caminan de un lado del río, después ve los recuerdos que tiene de él y al final ve a Parker invitándolo a entrar por la puerta de la estación (Hola de nuevo, llanto), dando a entender que el perro murió. Termina como empezó, Ronnie enfrente de su clase explicando por qué Hachi es su héroe, y después muestran a su pequeño Akita (la raza de Hachi) y llevándolo por el camino que su abuelo y Hachi recorrieron 10 años atrás. Antes de los créditos te muestran imágenes del verdadero Hachi, nacido en 1923 y que tras la muerte de su amo en 1925, Hachi lo esperó hasta su muerte en 1934. Actualmente hay una estatua de Hachi de bronce, en la estación Shiriyuna en Japón, esperando donde el mismo Hachi esperó.

Dicen que todo ser humano es masoquista. Algunos escuchan una canción que los deprime y la escuchan una y otra vez, ven una pelicula que les partió el alma y la compran. Yo no soy la excepción, busqué en Wikipedia la verdadera historia y encontré que: Se le hizo una pequeña tumba a Hachi debajo de la de su amo, también supe que el Ko de Hachiko significa príncipe.

Lo curioso es que el perro de un principio era destinado para la familia del profesor, para su hija, pero ella quedó embarazada y se fue. El señor se encariñó con él y no lo regaló. El amo murió en marzo de 1925 y Hachi murió el 8 de mayo de 1935. Cada año, ese mismo día se le hace una conmemoración a Hachi. Sus restos fueron disecados y se exhiben en el museo de Historia Natural en Japón.,

Es una historia muy hermosa. Es un poco obvio el mensaje, tú no eliges tu destino, tú destino te elige a ti. Wilson no encontró a Hachi, Hachi encontró a Wilson. Como dijo el pequeño Wilson, Ronnie, “…por eso Hachi es mi heroe”.

Quien no lloró, ni sintió nada al ver la película, no es porque sea insensible, sino porque no entiende a Hachi. No entiende lo importante que es un perro para una persona. Verlo menear el rabo cada vez que llegas, verlo poner cara triste cuando quiere que le des algo de lo que tú estás comiendo, verlo con cara de sueño y casi cerrando los ojos, pero que se niega a irse a dormir hasta que tú lo hagas. Ver el amor y la lealtad incondicional que tienen, la mirada triste que ponen cuando te sienten triste, las pequeñas cosas que hacen y te pueden arrancar una sonrisa hasta en un momento dificil. Eso es tener un mejor amigo canino.

Conozco el sentimiento de que tu perro te espere. Cuando hay gente en la casa y yo me voy, dejan la puerta principal abierta, Gonzalo, mi pug que no es mío, nos espera a mi hermano y a mí en el jardín de enfrente y siempre que ve nuestro carro se para emocionado y espera de un lado para después esperar enfrente de la puerta del coche. Cuando la casa está vacía, dejamos la puerta cerrada, se acuesta ah y no se mueve hasta que llegamos.

El profesor Velarde nos sugirió que escribiéramos lo que la pelicula nos hizo sentir. Con mis primeros párrafos uno pensaría: “la hizo sentir triste”, vaya deducción (sarcasmo), pero ¿de verdad me sentí triste? O a lo mejor me sentí ¿conmovida? ¿Emocionada por el amor de un perro? ¿Enternecida? Yo digo que eso y más.

Hachi demuestra lo puro que es el corazón de un perro. Puro, inocente, inteligente y curioso. Los perros son unos seres maravillosos, una vez mi tía me preguntó que si reencarnara en un animal ¿cuál sería? Yo respondí sin siquiera pensarlo. Un perro. Después me puse a pensar. ¿Un perro? ¿Por qué? No es para darme el lujo de estar echado y no hacer nada. Entonces, ¿Por qué?

Al fin tengo mi respuesta. Porque quiero sentir el amor que siente un perro, quiero pensar como lo hace un perro, quiero hacer reír como lo hace un perro. En conclusión, quiero VIVIR como lo hace un perro.

Hay casos similares. El más reciente y que creo que aún se da es el de "Alicio", nombre curioso, que aún está enfrente del centro de salud en donde su amo murió en el 2010. Llegó al hospital con el perro, y todos lo apodaron “Alicio”, sigue enfrente de un dispensador de alimentos, esperando a su fallecido amo.

Te pones a pensar en que haría tu perro si a ti te pasará algo. Yo espero que el “mío que no es mío” me esperara en la puerta todos los días. La vida es demasiado hermosa para desperdiciarla odiando, o guardando rencor, hay que aprender de los perros, no tienen rencor y protegen a los que quieren con su vida. Se echan, juegan, le ladran a todo, simplemente disfrutan la vida solo porque quieren. No dijo que debamos dejar de hacer algo productivo en la vida, solo que disfrutemos de las pequeñas cosas, o no tanto como los perros, hay que demostrar nuestro afecto, porque nunca sabemos si perderemos a alguien, o si alguien nos perderá a nosotros.

Si alguien no lloró, puede considerarse una buena persona. ¿Quién NO ha llorado por algo que los demás consideran estúpido y sin importancia? Yo sí, y conozco a una persona que lloró por la pelicula “El día después de mañana” ¿Y qué? A cada quien sus cosas. Puede que esa persona maduró y no lloró en esta pelicula, o es lo suficientemente fuerte para no haber llorado. Cualquiera que fuese su razón, estoy con ella y la respeto por esa pequeña diferencia entre nosotras. Hay quien lloró las mismas veces que yo, o hasta más, pero es porque no ha aprendido a ocultar sus sentimientos, o no quiere hacerlo porque es más dificil. O porque son muy fuertes y valientes que no les importa si las ven llorar.

Definitivamente no es una pelicula que rentaría, a menos que quiera deprimirme y hacer que la cabeza me doliera de tanto llorar. Puede hasta que se me sequen los ojos, pero valdría la pena. Esta pelicula demuestra que nunca llegaras a saber que tan leal es una mascota, porque una persona no lo será. Y esto no es sólo una pelicula, es una vida. Una maravillosa vida. Una vida maravillosamente hermosa y leal.

Hay personas que quieren ser ardillas, porque creen que tendrían la vida fácil, nadie la tiene. Un humano pasa enfermedades, perdidas, dolores, amistades, daños hechos por personas aún más incomprendidas que nosotros mismos; una ardilla pasa por la pérdida de sus padres, depredadores, el invierno; pero un perro también sufre enfermedades, pérdidas, incomprensión y el hecho de que ven en blanco y negro, pero eso no les quita las ganas de vivir. Los perros menean la cola esperando un día mejor y son tan adorables que no dudas en detener tu vida unos segundos para admirarlos.

Mi abuelo puede que tenga su propio Hachi. Su nombre es lobo, tiene 6 años, yo lo nombré, porque de bebe parecía un mini lobo, despeinado y con unos pequeños colmillos. Mi abuelo tiene un rancho y Lobo siempre estaba ahí, lo seguía firmemente, nada lo podría distraer. Un día de regreso, la cabina trasera de la camioneta de mi abuelo se abrió y Lobo saltó. Mi abuelo se dio cuenta cuando llego a su casa, estaba muy preocupado. Al día siguiente, el abuelo lo buscó por todos lados sin encontrarlo. Triste y desconsolado volvió al rancho y descubrió a Lobo sentado enfrente de la casita que mi abuelo tiene ahí.

No cambiaría a mi perro, que no es mío, por ningún otro. Hachi no cambió a su amo, por ningún otro. Su relación era de dar y obtener lo mismo. Este es una pequeña reseña, sin complicaciones, sin llanto, solo palabras que salen de un alma que admira a Hachi:

Un perro llamado Hachi, un humano llamado Wilson, y una hermosa cosa que da vueltas inesperadas, llamada Destino. No se necesito mucho para que un cachorro Akita y un profesor de música se encontraran en el lugar menos esperado, una estación de tren. Cate lo odiaba, Andy lo amaba, Wilson sus sentimientos no expresaba, más que con su mirada. Cate lo comprendía y poco a poco accedía a que Hachi se quedara. Hachi esperaba en la estación y cuando Wilson llegaba, Hachi corría a saludarlo y juntos caminaban a casa. Pero un día Wilson no volvió y Hachi esperó y esperó, pero nunca desistió. Un día al recordar a su amo, decidió acompañarlo, cerró los ojos y ya no despertó.

Sencillo, y creó que parece un verso, la historia de un perro leal en ocho renglones, cuando el profe pidió 6 hojas, asi que he divagado las últimas cinco hojas, pero ya no se me ocurre qué poner.

(Los números en paréntesis son el número de veces que me hizo derramar unas cuantas lágrimas esta historia)

Hachi un perro leal. No hay nada más que decir de él. Leal. Leal. Y leal. Tuvo la suerte de encontrar a una persona bondadosa que se tomara una hora de su vida en intentar conseguirlo un hogar, y todo el demás tiempo decidiendo quedárselo. Y para quien no cree en la suerte ni en las coincidencias, entonces una serie de sucesos ocurrieron para que Hachi encontrara a Wilson, una serie de eventos alternos que dieron en algo hermoso.

Y ¿qué se puede decir de Wilson? Bondadoso. Bondadoso. Y bondadoso. Por eso se dice que los perros se parecen a sus amos.

Si yo tuviera un perro así, o lo conociera, tambien lo consideraría mi héroe, un superheroe canino, que puede enseñarnos a todos, porque los héroes no son solo los que usan capa y vuelan, sino las personas o perros de buen corazón.

Y termino con la frase que dice el nieto de WIlson cuando la película comienza y cuando termina,
“Yo no conocí a mi abuelo, murió cuando yo nací. Pero siempre que escucho de él y de Hachi siento que lo conocí, ellos me enseñaron que es la lealtad, por eso Hachi siempre será mi héroe...”