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lunes, 27 de octubre de 2014

Sobre billetes, inflación y la fe en la moneda nacional / Ana Margarita Barraza Medina * José Luis Velarde

Sobre billetes, inflación y la fe en la moneda nacional

Hipótesis
El dinero es bilateral, puesto que nos necesita tanto como nosotros lo necesitamos. Si un día, de manera espontánea, decidiéramos no utilizar ninguna forma de pago, perdería su valor de inmediato. Los billetes, monedas, cheques y demás instrumentos de la banca contemporánea serían tan inútiles como la p en psicología. Aún así, dicho escenario es tan factible como la paz mundial, dado que el hombre se aferra al dinero como el náufrago a cualquier objeto flotador. El ego humano es sólo comparable al tamaño del sol y tener más dinero que los demás siempre lo aumenta.
Pareciera entonces que utilizar billetes y monedas es mero capricho de las personas.
Valgo lo que puedo contar. Lo que puedo exhibir.
Soy mi dinero.
El pato rico de Walt Disney solía bañarse entre monedas y billetes que usaba como si acabaran de lavarse con desinfectantes de altísima calidad.
¿Usamos monedas y billetes, porque representan nuestro valor?

Planteamiento
En un mundo en donde la obtención de dinero representa el único propósito para la mayoría de los humanos. Y decimos mayoría, porque los niños deberían ser felices y no pensar en el dinero antes de ser adultos. En nuestra mayoría también quedan fuera los enfermos, los jubilados y todos aquellos imposibilitados de trabajar por razones físicas o simple falta de empleo. Es obvio que existen otras personas que no podrán incluirse en las categorías mencionadas, pues siempre habrá algunos que prefieran el trueque o dispongan de herencias maravillosas o vivan en algún paraíso tropical. Casi todos y por millones de razones distintas enfrentaremos la necesidad de utilizar estos billetes y monedas. Hasta hoy instrumentos de cambio necesarios para el funcionamiento de las sociedades. Entonces quizá resulte normal preguntarnos:
¿Cuál es la razón de la existencia de las monedas y billetes, si su valor es intrínseco y efímero además de cambiante y sujeto a las fluctuaciones del mercado?
La respuesta podría ser que nosotros vivimos existencias limitadas, pero es difícil comparar a un ser complejo con su razón de existir. Si fuera un mundo utópico, tal vez, el hombre no se vería tan influenciado por un simple pedazo de papel o un producto acuñado que lleva comida a la mesa y transforma el trabajo en recompensas de todo tipo. Es respetable y honorable buscar dinero, después de todo cada persona requiere de una estabilidad económica distinta a lo que marcan los salarios mínimos vigentes. Más allá de estas reflexiones de apariencia simple y sentido del humor disparatado encontramos que las monedas y los billetes en sí mismos no valen nada. Son metáforas que representan un valor dictado por las naciones o los sistemas monetarios que rigen el valor de cada moneda alrededor del mundo.
El uso del dinero (como nuestros valores y el mismo sol) ha ido deteriorándose. Nos referimos al altísimo costo que representa acuñar monedas e imprimir billetes. La paranoia despertada por las falsificaciones encarece la hechura de un producto que se extravía y se deteriora con demasiada frecuencia. Además se contamina y se ensucia. Pocos valoran las marcas de agua, los hilos, los reflejos y las técnicas empleadas en la impresión del papel moneda. El alto costo de ciertos metales ha conducido a ofrecer minimonedas que se pierden en los bolsillos y son casi imposibles de utilizar. El dinero se ahorra o se despilfarra sin pensar en cómo apareció de tal o cual tamaño o con un diseño innovador. Nos quejamos cuando un billete se rasga o una moneda se confunde con otra de distinto valor, pero pocos aprecian la belleza escondida en muchos diseños que entraron y salieron de nuestros bolsillos sin que siquiera pensáramos en conservarlos. De seguro los coleccionistas de todos los tiempos protestarán por querer suprimir la numismática, pero ¿no será necesario un cambio y utilizar tarjetas para representar nuestras ganancias?
En el principio sólo existía el trueque, cuya finalidad era, en esencia, obtener bienes a cambio de otros bienes de valor igual o mayor. Después el trueque fue dejado en el pasado. Ignoramos el momento exacto en que ocurrió, pero de seguro se buscó más estabilidad y eficiencia –aunque fuera difícil debido que no había precios establecidos–. Sin importar la causa, el trueque terminó por dejar paso a los metales preciosos, a las gemas y a otros objetos que por su difícil obtención o por necesidad colectiva alcanzaban precios como el representado por la sal en tiempos de los romanos hasta convertirse en nuestro salario actual.
En la página Numismática antigua y medieval española[1], descubrimos que en una región de Jonia, en la actual Grecia comenzó la acuñación de monedas compuestas con oro y plata.
La solución pareció buena durante muchos años. El valor se representaba con la cantidad de metales valiosos presentes en una moneda. Plata, oro y hasta metales menos nobles como el cobre, pero llegó el momento en que muchos aprovechaban para fundir aquellas monedas sin importarles dejar a las naciones sin capital.
Surgió el dinero-papel para ahuyentar a los fundidores de monedas, debido a la falta de valor del papel como mercancía. Y en algún momento pareció la solución, claro que muchos lo odiaron, porque valía sólo la cantidad que le habían asignado, pues cuesta lo mismo producir un billete de un millón de pesos que uno de cinco o de diez simples pesos. Además los billetes no eran tan difíciles de falsificar como en la actualidad.
Decir actualidad significa que el dinero se represente de otra manera. Ahora se utiliza el dinero-fiduciario. Un dinero que va y viene sin representación física. Ahora aparece como formas electrónicas de pago, se representa con claves interbancarias. Usa internet como bodega bancaria y se manifiesta en distintas plataformas como celulares, tabletas electrónicas, computadoras y demás instrumentos. Vive en tarjetas de crédito y débito. Después de muchos años, siglos, milenios, ya no es necesario moverlo como si fuera una carga tan pesada como el valor ahí dispuesto.
El dinero conducido mediante la electrónica representa aligerar los bolsillos y quizá necesitemos encontrarles otros objetos para depositar.
¿Entonces qué nos impide digitalizar nuestros billetes y monedas de inmediato?
¿Nos sentiremos menos seguros sin ellos?
Quizá no confiamos en los mecanismos de seguridad.
Quizá aún consideramos que es sencillo “clonar” una tarjeta o descubrir la contraseña necesaria para transferir los ahorros de nuestras vidas a una cuenta oculta en algún país inalcanzable.
¿Es la posible negativa al cambio simple temor al robo?

Conclusiones
Quizá lo primero que deberían garantizar los sistemas bancarios y las naciones es la seguridad de cada depósito y cada transacción realizada en línea.
Debería ser sencillo encontrar justo reembolso cada vez que ocurriera un robo, un error o un extravío,
La seguridad ayudaría a dejar en el pasado el uso de billetes y monedas.
Quizá habría que probar la gradual disminución del circulante en un país del primer mundo y de ahí avanzar por las diferentes regiones económicas para encontrar virtudes y defectos.
Quizá resultará complicado realizar el cambio en un país que no se encuentre en la vanguardia tecnológica.
En México habría que contar con redes en cada rincón del país. Multiplicar las conexiones hasta que cualquier tiendita de la esquina de cualquier pueblo pudiera recibir nuestra tarjeta.
Ahí surgen las dudas.
¿Qué pasará si la energía eléctrica sufre un colapso?
Nuestros padres han compartido con nosotros frases como:
“El dinero automático se descompuso”.
“El cajero automático no tiene fondos”.
“Es quincena y todos los cajeros automáticos tienen filas larguísimas”.
“Es complicado obtener una tarjeta de reemplazo en caso de extravío”.
“No tienen red y no puedo pagar en la tienda.”
Creemos que las respuestas a estas interrogantes, entre muchas otras posibles, encierran el tiempo que tardará la población en responder al cambio.
Es difícil, pero no imposible cambiar la mentalidad de las personas para acostumbrarse a las nuevas condiciones, pero primero deberán darse respuestas creativas por parte de quienes manejan la economía mundial.
Es cierto que más allá de la tradición los billetes y las monedas deben evolucionar. Empezaron como un objeto asombroso, pero fueron degradándose de la misma manera en que las monedas pierden el relieve que indica cantidades o representa el rostro de un héroe. Además tienden a perderse aquí y allá como si quisieran esconderse de nosotros.
Los billetes se rompen, algunos abusan de ellos. Los rayan, los someten a todo tipo de olvidos. Incluso los falsifican con maquinarias cada vez más sofisticadas. Sustituir los billetes y monedas caídos en sus usos cotidianos es tarea inacabable. Implementar sistemas para protegerlos de falsificaciones involucra gastos que tampoco cesan. Antes significaban bosques arrasados para convertirlos en papel moneda. Ahora se utilizan plásticos en cantidades que aumentan día tras día, pero sería mejor interrumpir la fabricación de billetes.
Los metales de las monedas podrían dedicarse a otros usos. Lo evidente es que no pueden continuar como lo han hecho hasta ahora. La monarquía española sirvió por un tiempo, pero llegó un momento en el que México necesitaba gobernarse a sí mismo. Y, ahora, México necesita mejores formas de manejar los recursos económicos para cimentar con bases firmes el futuro que quisiéramos feliz y estable.
Creemos que los seres humanos estamos tan acostumbrados al uso de billetes y monedas como representación de las finanzas que costará trabajo convencerlos de la necesidad de establecer otras formas de efectuar transacciones.
Será paulatino encontrar respuestas creativas que nos ayuden a confiar en las transacciones electrónicas.
Creemos posible que mediante campañas continúas se promueva la aceptación del dinero electrónico. Las empresas ya dan a sus empleados tarjetas de débito que de seguro han reducido la cantidad de dinero circulante. Por nostalgia o simple representación de seguridad muchos preferirán contar con sus sueldos como materia visible, pero poco a poco deberán dar paso a las nuevas propuestas que dejarán en el olvido a los patos millonarios que sólo hundiéndose en monedas y billetes podían saber cuan ricos eran.





[1] http://apuntes-de-numismatica-antigua.blogspot.mx/2012/11/las-primeras-monedas.html

sábado, 25 de octubre de 2014

Exámenes 3º parcial

Guía para examen de Etimologías I
Diferencias entre latín culto y latín vulgar.
Razones que provocaron el nacimiento del bajo latín.
¿Cuáles eran sus características?
Palabras cultas, populares y semicultas.
¿Qué pasó con el griego?
Las tres razones que ocasionan la diversificación del latín vulgar y el origen de las lenguas romances.
Distribución geográfica de las lenguas romances o neolatinas.
Razones que justifican la importancia del latín y las lenguas romances.
Razones que justifican la supervivencia del latín a pesar de haber sido considerado una lengua muerta desde la lejanía del Siglo X.
¿Cómo escribían los romanos?
-Signos de puntuación.
-¿Qué sabe de la acentuación latina’
-Vocales y consonantes
-Sonidos
-Escritura capital
-Escritura uncial.
-Escritura cursiva.
Las pronunciaciones del latín:
-erasmiana, alemana o restituta.
-española.
-italiana o eclesiástica.
Desiderio Erasmo.
¿Podrían surgir nuevas lenguas en la actualidad y tres ejemplos?

Taller de Lectura y Redacción I
Ortografía
Palabras que se confunden
Reglas de acentuación completas
Tipos de acento
Signos de puntuación
Textos personales

Literatura I
Mito
Epopeya
Leyenda
Alegoría
Parábola
Apología
Edad Media (autores, obras, características, clases sociales, temática, fecha de inicio y final)
Renacimiento  (autores, obras, características, clases sociales, temática, fecha de inicio y final)


martes, 14 de octubre de 2014

ETIMOLOGÍAS GRECOLATINAS I

Recuerden escribir una frase con cada una de las voces derivadas del latín presentadas en la página 147 del libro.
Se revisa martes 21.

lunes, 13 de octubre de 2014

Tareas

Tareas
Taller de Lectura y Redacción I
Escribir un minidiario que contenga la actividad más importante de cada día comprendido entre el jueves 9 de octubre y el miércoles 15.
Se revisa jueves 16.

Literatura I
Terminar el resumen del bloque IV en el cuaderno.
Se revisa jueves 16.

viernes, 10 de octubre de 2014

Tareas

Taller de Lectura y Redacción I
Leer en el cd que acompaña al libro de texto "Infancia en Mérica y Campeche" de Juan García Ponce y "Cartas" . Luego responde los ejercicios del bloque 5.
Se revisa el lunes.

Literatura I
Repasa la Alegoría de la caverna de Platón.
Escribe una composición de 5 páginas donde la analices.
¡Cuál es tu caverna?

Se entrega el viernes 17 de octubre.