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lunes, 12 de octubre de 2015

iBoy / Una reflexión / Juan López Salas

iBoy
Una reflexión
Juan López Salas
            En nuestros días está muy de moda el hecho de mezclar la tecnología con cualquier cosa: al inicio del día despiertas con una alarma, la cual está configurada en tu celular, después desayunas viendo la televisión o escuchando la radio; durante la jornada laboral o escolar pasas algún tiempo mandando mensajes de texto o accesando a Facebook (casi siempre para ver publicaciones tontas y sin sentido que no hacen más que distraerte y hacerte perder tiempo); por la tarde al hacer tarea o seguir trabajando, usas la computadora y el internet para encontrar información y consultar sitios de interés, además de otro rato de entretenimiento en las redes sociales; en la noche ves la televisión o utilizas la mensajería instantánea para comunicarte con tus amigos, y configuras una alarma para el día siguiente. La tecnología ya forma parte de nuestras vidas, y es tanta su importancia en la sociedad actual que se ha vuelto parte de la cultura también, pues se dan clases de computación en las escuelas, se imparten cursos acerca del correcto uso de las redes sociales y la seguridad informática, incluso se han escrito canciones, poemas y libros sobre tecnología, los cuales abordan no sólo la parte técnica y teórica de ésta, sino también la añaden como parte de la trama y la ficción. Una de esas obras acerca de la tecnología es iBoy, una obra del autor juvenil Kevin Brooks que aborda este tema a la perfección y lo combina con tópicos populares entre la gente, más que nada los jóvenes: amor, divorcio de los padres, crisis de personalidad, el muy famoso bullying, entre otros.
            En este libro, Kevin Brooks se las arregla para enseñar a los jóvenes a no involucrarse con ciertas personas y tomar buenas decisiones, pues el personaje principal de la historia comienza siendo un ente fácil de manipular y un seguidor de los chicos mayores, los “rudos” de su barrio. Con este libro se pueden identificar muchos, ya que, a pesar de los elementos de  ficción que incluye y las faltas de coherencia científica que en algunas partes se puede observar, también tiene altos niveles de realismo y las situaciones que presenta son las cualquier adolescente podría vivir en el ambiente que lo rodea, sin importar de dónde sea, su clase social, sus notas académicas o su nivel de educación.
            A grandes rasgos, iBoy trata sobre Tom Harvey, un joven proveniente de los barrios bajos de Inglaterra que no hace nada especial y sigue una rutina consistente en "escuela, casa, repetir procedimiento". Tom no tiene muchos amigos (salvo su vecina Lucy, de quien está enamorado), no es ni bueno ni malo en cuanto a su aprovechamiento académico, en fin,  es un chico normal. Su vida sigue su curso habitual hasta que una pandilla local decide hacerle una broma a Harvey, llamándolo desde la azotea de un edificio muy alto y lanzándole un iPhone, el cual describe un movimiento en caída libre directo a la cabeza de Tom, dejándolo inconsciente y malherido. Al despertar en el hospital, Tom descubre que el incidente le otorgó ciertos “poderes tecnológicos”, como interceptar e-mails y SMS, hackear cuentas de bancos, hacer búsquedas en internet, grabar videos, tomar fotografías, hacer llamadas y permanecer conectado a la red, convirtiéndolo en un chico mitad humano y mitad teléfono celular, algo así como un ciborg. Tom, entonces, comienza a hacer uso de sus poderes para resolver sus problemas y alcanzar sus objetivos, pero cuando se entera de que algo malo le ha pasado a Lucy, decide convertirse en una especie de héroe y salir al rescate de su amada; sin peleas ni golpes, más bien con la información y las redes. Las acciones que empieza a llevar a cabo lo convierten poco a poco en el chico más temido del barrio, un antihéroe cibernético y misterioso que aterroriza a las pandillas: se convierte en iBoy.
            En lo personal me gusta mucho la literatura de ciencia ficción, crecí con la Guerra de los Mundos, Fahrenheit 451, algunas obras de Isaac Asimov y casi todos los libros de Julio Verne. Es por esto que iBoy me llamó tanto la atención, pues además de que habla sobre la tecnología moderna y hace referencia a situaciones que se relacionan conmigo, forma parte de una gran gama de libros que jamás olvidaré debido a su argumento fantástico, tambaleante entre una clásica historia de amor imposible que termina dándose (pero adaptada al mundo actual) y una aventura llena de acción, emoción, misterio y suspenso que te mantienen atrapado de principio a fin. De hecho, en la actualidad pocos libros te hacen sentir eso, la mayor parte de la literatura moderna ofrece nada más que libros de autosuperación, género que veo bastante inútil, siendo sincero.
            Este libro se puede considerar también como educativo, pues al inicio de cada capítulo (los cuales están numerados en código binario) se incluyen datos sobre diferentes temas, como tecnología, ciencia, literatura y cultura general: fragmentos de poemas y libros, proverbios antiguos, frases, código binario, información sobre procesadores, datos de teléfonos celulares de nueva generación y alta calidad, etc. Al leer este libro aprendí mucho, y me gustó que el autor incluyera estos extras a los capítulos, ya que de esta forma te incita al conocimiento, la investigación y la búsqueda de más respuestas en diferentes fuentes de información. Después de leerlo no sólo quedé conmocionado por la gran historia que cuenta, también me volví más culto y tengo más conocimientos de muchos temas, de tecnología en particular.
            En cuanto al aspecto literario, me fascinó el estilo y la forma de escribir del autor. Kevin Brooks es uno de mis autores favoritos, y aunque sólo he leído algunos de sus libros, entre ellos The Bunker Diary y Being, siempre me gusta abrir sus libros en una página aleatoria y leer un fragmento, pues el sólo hecho de analizar el texto y sentir su fluidez, coherencia, firmeza y seguridad me trae mucho placer.
            En ocasiones otros autores son tan redundantes, descriptivos o incluso lentos al expresar las ideas, que se vuelve muy pesado leer sus textos y llega un momento en el que debes dejarlo porque ya no puedes más. No es el caso de Kevin Brooks, él tiene mucha facilidad de palabra, describe a los personajes, los escenarios y las acciones en la historia de una forma tan natural que te mantiene apegado al libro y no puedes dejar de leer. Además, entiende a su público y sabe cómo piensan los jóvenes, por lo que usa los recursos literarios necesarios para llamar su atención (humor, ironía y una que otra crítica a las autoridades que los lectores jamás podrían expresar por sí mismos). El autor se gana a su público mediante el buen uso de la lengua y, más que nada, el gran planteamiento del argumento, sin huecos ni información extra, algo que admiro mucho de este autor, pues he leído muchas obras que no te aclaran el final, y otras que te dan tanta información que una parte de ésta no concuerda con el desenlace, pero Kevin Brooks logra superar todo eso.
            La historia de iBoy es genial, digna de ser llevada a la pantalla grande y de convertirse en una película de culto. Comienza contándote las desventuras del torpe y escuálido chico inglés Tom Harvey que no mataría ni a una mosca, y culmina mostrándote su lado más oscuro, actuando así gracias a que fue llevado a sus límites, arrastrado a un abismo de problemas, tormentos, pruebas insuperables y torturas interminables. De la historia de Tom aprendí a ser perseverante y nunca darme por vencido, pues él tuvo que pasar por muchas situaciones que ponían en riesgo a su familia, su educación, a la mujer que amaba y su propia vida, pero Tom jamás sucumbió y siempre siguió adelante ante las adversidades. Claro, él tenía poderes cibernéticos, de cierta forma debió ser más fácil para él.
            También aprendí a valorar a tu familia y amigos. En el libro, Tom perdió a su madre cuando era pequeño, y jamás conoció a su padre (¿o sí?... lean el libro). Vivió casi toda su vida con su abuela y hablaba con Lucy todos los días, pero no apreciaba el tiempo con esas personas que amaba. Fue hasta que entró en la guerra de pandillas cuando comenzaron a amenazar a sus conocidos y personas cercanas, y casi perdió a su abuela por esa causa. Con éstos hechos el autor me hizo reflexionar, y he comenzado a aprovechar mejor el tiempo con mi familia  amigos, evitando peleas y reconciliándome con los otros en caso de que ocurra una. Casi nunca elijo quedarme en casa a usar la computadora o ver la televisión sobre salir con mis amigos o asistir a una cena familiar, prefiero la convivencia con mis seres queridos y un poco de tiempo fuera de mi casa.
            Algo más que iBoy me enseñó fue a ser más extrovertido, no tener vergüenza de hacer cosas que jamás he hecho, y no tener miedo de hablar y conocer gente. Hace tiempo tuve muchos conflictos, internos y externos, gracias a estos temores que existían en mí, pero pasaron los años y muchos factores influyeron en mí, entre ellos el propio hecho de leer iBoy, y ahora ya no tengo esos temores más. He aprendido a expresarme más, a no tener miedo de la sociedad y  hacerme su amigo, pues de esa forma puedo relacionarme con los demás de una forma más sencilla y eficaz, y los demás se sienten cómodos hablando conmigo, cosa que me ha ayudado a hacer nuevos amigos y amigas.

            Fuera del conocimiento que de una forma u otra hace que obtengas, o de los largos capítulos llenos de suspenso y acción, e incluso de la excelente historia y sus partes bien definidas y descritas, lo que más me hizo pensar y que no puedo olvidar de este libro es el destino. Quizá habla de esto de forma indirecta y casi imperceptible, pero al final de cuentas se resume en esto: Cada quien forma su propio destino, y no importa si eres hombre, mujer, rico, pobre, alto, bajo, europeo, americano, una persona normal o un chico ciborg… todos tienen un destino inevitable que deben descubrir, y ese destino es de cada persona, no debe ser forzado u obligado por otros, es tu propio destino y tú lo formas como quieres. Tom Harvey pudo haberse ido a vivir a otro lado del mundo, lejos del peligro de su vecindario y en un lugar mejor para desarrollarse. También pudo haberse unido a las fuerzas policiales o afiliado con el gobierno para ayudar a erradicar el crimen en Inglaterra. O tan sólo se pudo haber unido a una pandilla, la cual se habría vuelto muy conocida, y a la vez peligrosa, por la sola presencia de Tom ahí, no se diga de lo que pudo haber hecho con sus poderes dentro de una pandilla. Había muchas opciones de las cuales elegir, pero Tom tenía una meta: darles una mejor vida a Lucy y a su abuela, por lo que hizo las acciones correctas y dignas del objetivo que deseaba cumplir.
            Este libro me marcó mucho, pues lo leí por primera vez al entrar a secundaria y fue uno de los primeros libros que leí y entendí a la perfección, ya que en la primaria en ocasiones leía por tareas u obligación de la escuela y no disfrutaba los libros al máximo. Yo recomiendo mucho este libro, en especial a los lectores jóvenes, pues se ambienta en un entorno similar al que ellos viven, les permite comprenderlo mejor y tomarlo como un ejemplo a seguir en su vida, gracias a las situaciones que presenta y los personajes con los que se pueden identificar. Como dije antes, este libro me ayudó a superar ciertos temores y fobias que me impedían desarrollarme bien, es por eso que lo recomiendo mucho.

            Es el tipo de libro que puedes leer una y otra vez sin cansarte ni aburrirte. Está en mi colección de favoritos y tiene mucho valor para mí, por lo que me gustaría que todos lo leyeran y compartieran ese sentimiento conmigo.

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