En mi opinión las personas, por lo general, tendemos a tomar todo de una forma muy literal evitando la fatiga de pensar en qué hay de trasfondo en las palabras que escuchamos, es decir que hay detrás de cada frase o cada idea.
“El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo”. Sun Tzu, El Arte de la Guerra.
Hubo una vez una persona que mostraba a simple vista tres dedos muy cerca de tu cara y te preguntaba cuántos dedos tenía, de manera lógica todos contestaban que eran tres los que mostraba y él siempre contestaba que no. Todos lo creían un loco pero nunca tomaron en cuenta lo que parecían palabras lunáticas: Ve más allá; pues al desenfocar los dedos se puede apreciar que mostraba seis dedos.
Creemos que todo es lo que a simple vista parece, pero a veces no es así. Si tomamos las palabras del arte de la guerra y las adecuamos a nuestro presente podemos ver que se acercan a nuestra realidad. Sun Tzu escribió sobre la guerra, pero cada quien lucha una guerra personal contra sí mismo o contra sus propios hábitos.
En la actualidad el mayor problema que muchos de los jóvenes poseemos es la indisposición también llamada “weba”, flojera, pereza, pesadez, cansancio, en fin hay mil formas de nombrarle y ni una solución aparente.
Pero ¿Cómo podemos luchar contra éste enemigo tan poderoso que se disemina en nuestros estudios cual brotes de viruela? Sun Tzu, nos invita a que engañemos a nuestro enemigo, hagámosle creer que estamos en sus manos para que nos deje en paz. Trata de estar siempre un paso adelante del enemigo, si tienes flojera contrarréstalo con mucha actividad convéncete a ti mismo de que estas activo y dispuesto.
Pero ¿Cómo podemos luchar contra éste enemigo tan poderoso que se disemina en nuestros estudios cual brotes de viruela? Sun Tzu, nos invita a que engañemos a nuestro enemigo, hagámosle creer que estamos en sus manos para que nos deje en paz. Trata de estar siempre un paso adelante del enemigo, si tienes flojera contrarréstalo con mucha actividad convéncete a ti mismo de que estas activo y dispuesto.
Cuando no puedas más hazle creer a tu cuerpo que estás inactivo mientras tu mente se encuentra activa, busca posiciones cómodas mientras haces tareas que impliquen solo esfuerzo mental.
Una de las cualidades más importantes que debemos tener para vencer a cualquier enemigo, no solo a la pereza, es la disciplina, que nos permite mantenernos firmes en nuestras decisiones e ideas, la que más tarde se convertirá en la tenacidad que nos permite seguir hasta llegar a nuestro cometido.
A la hora de pelear un batalla por mas pequeña o grande que sea debemos organizarnos y tener planes secundarios; para ganar la seguridad de que lo que estamos haciendo es indispensable al haber hecho una evaluación previa del enemigo y claro una estrategia de ataque.
La pereza es un enemigo fuerte que nos hace sentir cansados, sin ánimos de hacer nada y con una gran pesadez. Para contrarrestarla debemos tener un plan que nos permita atacarla, verbi gratia, si tenemos un día muy pesado en clase y nos programamos desde el principio el cuerpo y la mente, podemos planear algo para el final del día que nos emocione y nos haga querer terminar para poder recibir nuestro “premio”. Es por eso que Sun Tzu y sus palabras nuca han dejado de funcionar, pues siempre se adecuan a los problemas y contexto de cada uno.
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