“La Alegoría de la Caverna” escrita por el
filósofo griego Platón en el libro “La República”, habla
sobre unos prisioneros que llevan toda su vida viviendo dentro de una caverna,
encadenados, y teniendo como única visión una pared donde a veces ven sombras
de personas y animales que pasan entre ellos y una fogata que permite que se
realice esta proyección de sombras en la pared. Un día uno de los prisioneros
es liberado, y sigue el camino hacia una luz, hacia la salida de la caverna.
Cuando sale, es cegado por la luz del sol, y queda sorprendido por el mundo que
existe fuera de la caverna, un mundo desconocido para él y para los demás
prisioneros, y es por eso que cuando regresa para contarles lo que vio, ellos
no le creen, ni si quiera lo reconocen ya que solo logran ver su sombra, y
¿cómo le van a creer? Si para ellos su mundo es ése, estar encadenados mirando
una pared, no existe más, eso es lo que ellos conocen, y ése es su mundo real.
Creo que Platón describió el conocimiento que
tenemos, es así, vemos lo que nos dejan ver o lo que queremos ver, muchas veces
no vamos más allá, vivimos en nuestra burbuja, en lo que es cercano a nosotros,
pero hay mucho más por ver.
Un ejemplo sencillo: es como cuando nos
quejamos de que hay mucha gente que a pesar de lo que el PRI está haciendo con
el país, sigue apoyando a Peña Nieto y votando por el PRI. Nos la pasamos
diciendo criticando a esa gente, y no trato de justificar como actúan, pero
muchas de esas personas lo hacen porque no conocen más, no tienen internet para
enterarse de las cosas que nos enteramos otros, no tienen más canales que Televisa
que solo se encarga de llenarles la cabeza con que EPN es el mejor o
simplemente no tienen televisión. Ese es su mundo, no conocen nuestra “realidad”,
esa es su realidad.
Si un día vas con una persona que toda su
vida ha recibido maltrato, que no conoce otra cosa que el dolor, y le regalas
algo, es probable que no te agradezca, va a desconfiar porque es algo inusual
para él, no está acostumbrado a que sean generosos con él, puede que piense que
su vida está destinada a ser siempre triste y por eso ni siquiera intente
buscar la manera de mejorar, porque no cree que eso pueda suceder, solo conoce
su mundo, en el que le toca sufrir.
Hace un tiempo me puse a ver una serie, que
aunque pueda parecer para niños y hasta tonta para algunos debido al nivel de
fantasía que tiene, a mí me gustó mucho, y al leer “La Alegoría de la Caverna”
me acordé de la historia de la última temporada de la serie. En resumen, la
historia se desarrolla en el futuro, el gobierno quiere tener el control sobre
todos, así que quieren lavarles el cerebro, literalmente, a los ciudadanos. Les
borran los recuerdos y les implantan nuevos, mentiras, supuestas vidas que cada
persona tuvo, casi siempre vidas perfectas, llenas de felicidad, y todos viven
en un lugar feliz, seguros, con todo lo que necesitan, rodeados por un muro. Y
claro, algunas personas lograron escapar de esto, viven fuera del muro,
escapando de ser atrapados por el gobierno y de que sus recuerdos sean
borrados, viven en bosques, consiguiendo como pueden las cosas necesarias para
vivir. Las personas que viven dentro del muro creen que los de afuera son
“salvajes”, que son malos, que matan gente y después se la comen, que quieren
quitarles su mundo perfecto, y es por eso que les temen, pero ellos solo
quieren ver que hay dentro del muro, y cuando lo descubren quieren salvar a la
gente de esa mentira en la que viven. Y como es de esperarse, cuando los
salvajes intentan contarles a los de adentro del muro como es la realidad, como
es la vida fuera del muro, como son ellos y cuál es la verdadera identidad de
los que sufrieron un lavado de cerebro, ellos no les creen, porque su mundo es
ese, el de adentro del muro, ¿Cómo pueden llegar un día y así de simple decirte
que todo lo que crees que viviste no es real, que no te llamas como crees
llamarte, que todo tu mundo es una mentira? Es muy difícil que alguien pueda
creer algo así.
Aunque esto sea una simple serie de
televisión, y sea ficción con mucha fantasía, no está tan alejada de la
realidad, algo parecido pasa en México. El gobierno nos controla, no quiere que
veamos la realidad. A los que vivimos en Tamaulipas las televisoras o los
periódicos no nos muestran lo que pasa aquí, sin embargo, mucha gente fuera del
estado o del país si se entera, y más que nosotros, o simplemente nadie más se
entera, porque el gobierno quiere que todos pensemos que el país está de
maravilla, que todo es feliz, que no hay balaceras todos los días, quieren
tenernos en esa caverna, en ese muro, y que no veamos más allá.
Y esto no solo ocurre con el gobierno, muchas
veces nosotros somos nuestra propia caverna. Tenemos “x” problema y queremos
encontrar una solución, y muchas veces recurrimos a los consejos de otra
persona, es porque sabemos que esa persona que ve el problema desde afuera,
tiene otra perspectiva, y por lo tanto tendrá otras ideas para solucionar el
problema, que probablemente estando dentro no podías ver.
Haciendo otra tarea escolar me di cuenta de otro
ejemplo que tal vez no tenga una relación tan exacta con “la Alegoría de la
Caverna”, pero que a mí me pareció que tiene algo que ver es algo que pasa muy
seguido: vivimos quejándonos de cosas que están mal en nuestro pequeño mundo
como no tener alguna cosa artificial, cierta blusa, cierto coche, en fin cosas
materiales o no tan importantes, y no nos ponemos a ver lo que hay fuera de
nuestro mundo, personas en una situación realmente fuerte, sin brazos, sin
piernas, sin comida, y aun así algunas son felices, ¿Por qué muchos de nosotros
no?, no vemos lo que hay más allá de nuestras cuatro paredes, no veo que yo
tengo flojera de hacer un trabajo y seguro hay alguien por ahí que quisiera
tener dedos para poder realizar su tarea más fácilmente. Vivimos en nuestro
mundo, pero hay muchos mundos más además del nuestro, y considero que es bueno
estar abiertos a conocer otros mundos y aprender a aceptarlos, aprender a abrir
los ojos y a ver más allá de nuestra caverna.
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