Sobre encontrarse a la chica 100%
perfecta una bella mañana de abril
Ana M. Barraza Medina
“No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora
más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años”.[1]
Inspirado en el cuento Encontrar a la chica ideal de J. Salinger.
Esto no es sobre la persona perfecta, es sobre amor.
Esto no es sobre la persona perfecta, es sobre amor.
Amor. ¿A alguien
más le produce escalofríos? ¿No? Pues debería, porque es algo que todos debemos
temer. Dejarse expuesta es algo… peligroso. Es un dato científico que intentar
ser amigo de una persona que amas (de manera romántica) puede llevar al
rompimiento de la psique, es decir, caer en la locura. Absurdo. Los sentimientos
humanos me exasperan y me intrigan. Uno de los aspectos más curiosos es la
búsqueda de la perfección, a pesar de las obvias fallas personales.
El alto
autoestima es, a pesar de la creencia popular (la mayoría de las personas son
un tanto estúpidas por seguir lo que es “popular”), conocer todos los defectos
que se poseen y vivir con ellos, aceptarlos. Yo no creo que seamos 100%
compatibles con alguien, me parece imposible. Demasiadas variables a considerar
y no muchas a nuestro favor. Es improbable que haya una persona diseñada, con
especificidad, para nosotros. Los humanos son, (o somos, como he sido informada
toda mi vida; soy humana. ¿Por qué no pude nacer como, no sé, un oso?),
creaturas rotas y disfuncionales. Si hay una cosa que el universo que puede ser
catalogada de “imperfecta”, es el humano.
Cometemos
demasiados errores y los repetimos en ciclos interminables. Las guerras por
poder son un claro ejemplo de los errores que seguiremos cometiendo hasta que
el mundo explote. O todos los humanos mueran. La paz es una virtud que solo
apreciamos cuando hay guerra.
Buscar a tu
“otro significativo” es una batalla tras otra. Solo que en estas batallas no hay
soldados ni artillería. Solo esperanza y sentimentalismo. Aunque, tal y como
sucede en las guerras, nadie te asegura que saldrás vivo, seguimos intentando.
“Aceptamos el amor que creemos merecer”.[2]
El amor hace a las personas verse masoquistas: los sentimientos aplastan
nuestros corazones y volvemos por más. Quizá es porque, tras cada fracaso, no
volvemos a ser la misma persona.
El amor es un
maldito campo de batalla del cual no podemos huir para siempre. Y siempre hay
el miedo de ser abandonado en un punto, de no ser suficiente. Miedo a que la
imperfección espante a la otra persona. No creo en personas destinadas la una a
la otra, pero sí creo que habrá una persona que atravesará nuestras fallas.
Si te dejo
entrar, buscarás una salida. Si te digo la verdad, lucharás por una mentira. Si
me sigues, te perderás. Si intentas acercarte, te alejarás. No puedes romper lo
que ya está roto. Tengo miedo de que me compares con todo el mundo, porque sé
que no puedo competir. No puedes destruirme, yo me destruyo. Nunca sabrás lo
que mis pensamientos me hacen, mi mente me está destruyendo. No puedo ahogar mi
demonio, ellos saben nadar. ¿Quién me amara, si yo no puedo amarme a mi misma?
Nadie menciono lo difícil que es vivir antes de lanzarnos al mundo. Tengo miedo
de perder a las personas que me importan, ¿Cómo me sentiré cuando ame a
alguien? ¿Qué haría si no estuviera asustada? Tengo miedo de mostrar quien soy
en realidad.
Tenemos miedo de
perder a las personas, aun así nos
preguntamos si hay alguien que lucharía por tenernos en su vida. Tarde o
temprano sentimos que nos romperemos en millones de pedazos, y es necesario
alejarse por un tiempo. Inclusive así, no lo hacemos. Intentar ser feliz no es
fácil, intentar ser amado es peor. El amor puede ser hermoso. El amor es hermoso, no hay manera de negar tal
hecho. No tenemos miedo a amar, tenemos miedo a que no nos amen de regreso. Y,
si fuera lo contrario, ¿Cómo sería? Tener miedo a amar a alguien para no
herirlos.
Las
oportunidades de amar se nos presentan cada día de maneras muy sutiles, se
encuentra en cada uno si queremos o no aprovecharla. Las oportunidades van y
vienen, puertas se abren y cierran en todo momento. Ahora, en éste preciso
momento, muchas oportunidades se desperdician y muchas otras se aprovechan.
Las tragedias
más grandes son aquellas en las que un amor es perdido. Tal vez no soy la
persona más sensible y, en definitiva, no soy romántica. Una roca es más
romántica y sensible que yo, en serio he visto rocas en forma de corazón. Aún
así, soy humana (cien por ciento humana, la última vez que revisé, por lo tanto
tengo un corazón (Si no, ¿Qué bombearía mi sangre?) y, por más molesto que sea,
poseo sentimientos. Cuando alguien pierde a una persona que amó, en realidad amó.
El amor es
impredecible, hermoso e imperfecto. Al igual que los seres humanos…
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