A mis nueve años cree Facebook, me había mudado a
Colima y ésta era la manera de comunicarme con mis amigos de aquí, me volví
adicta en cuanto lo cree. Mi adicción paró, cuando una tarde que iba a ver a
Aylin a su casa, iba caminando hacia su casa estaba tan centrada en Facebook
que no vi un enorme cubículo delante de mí y me golpeé con él, tuve que ir al
hospital. En ese momento me odié a mí y al Facebook, decidí centrarme en el
camino en vez del celular, pero a quién engaño eso no pasó.
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