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viernes, 16 de noviembre de 2012

Saltando, El juego de Geri y El coche nuevo de Mike

Gloria Esmeralda González Tavera
3º semestre de preparatoria

Saltando

A veces nos preocupamos por cosas insignificantes, es lo que pienso que el corto “Saltando” quiere explicar, y lo hace de una manera muy amena y fácil de observar, captando tu atención desde el primer segundo; la música, los colores, los paisajes, todo en conjunto está hecho para que no quieras perderte ni un momento de lo que estás presenciando.

La historia es simple, pero encierra una gran moraleja; empieza con un cordero que podría decirse que se ama a sí mismo, cuando ve su reflejo, le gusta lo que observa, es tan feliz que baila sin parar; pero un día los humanos llegan y lo esquilan, dejándolo con un aspecto diferente al que tenía, aspecto que causa burla de los animales vecinos, lo que hace que el cordero se ponga triste. Pero un día un “conejílope” llega y le dice que su mente lo engaña, que no importa el aspecto que tiene, menciona que aún tiene cabeza, piernas y pies, le demuestra que lo importante no es el exterior, sino lo que hay dentro de él.

El “conejílope” le enseña al cordero a saltar, “vas a saltar y el cielo tocar”, pienso que esto es una metáfora para demostrar a los espectadores que pueden llegar a dónde quieran, siendo quienes son, sin importar su aspecto ni la forma en que los demás los ven, sólo hace falta creer en sí mismo.

“Subes y bajas, la vida es así, qué suerte que hay conejílopes aquí”, a veces necesitamos un pequeño empujón, alguien que nos recuerde lo que en realidad vale la pena, alguien que nos diga que podemos seguir adelante, tal como hizo el conejílope con el cordero.

El juego de Geri

Podría decirse que todos tenemos una parte de nuestra personalidad que mantenemos escondida, a veces por miedo, a veces porque no es el lugar o el momento correcto para mostrarla, otras veces es porque no confiamos en la persona con la que estamos, o por miedo a que nos juzguen; muchas veces ni siquiera sabemos que ahí está esa pequeña parte de nosotros, otras veces sabemos que está pero nos da miedo conocerla, nos da miedo explorarla.

Al ver “El juego de Geri” todo esto vino a mi mente, me llevó a reflexionar cómo es que podemos llegar a tener una personalidad que no conocemos, al ver cómo Geri se divierte sólo, despertó en mi un deseo de ser como él, de explorar en mi interior para darme cuenta de lo que hay ahí dentro, tal vez pueda llegar a sorprenderme.

En este cortometraje vemos una persona jugando ajedrez, una persona que mágicamente se convierte en dos, por un lado es meticuloso y algo tímido, por el otro encontramos a alguien que no tiene miedo, muy impulsivo y seguro de sí mismo, vemos cómo Geri hace que los dos interactúen entre sí. Mientras el juego transcurre, todo parece indicar que uno de ellos, el más impulsivo, está a punto de ganar la partida, y cuando la otra parte de Geri se da cuenta de esto, finge estar sufriendo un ataque, distrayendo a su contrincante, y mientras está distraído, aprovecha y le da vuelta al tablero, lo cual lo hace ganar; al final del cortometraje vemos cómo Geri se burla de sí mismo, mostrándose muy feliz.

Pienso que todos deberíamos ser como Geri, deberíamos conocernos tan bien, al punto de llegar a divertirnos con nosotros mismos, sin complejos de quienes somos. Si todos fuéramos así, no tendríamos miedo de estar solos, sabríamos que con nuestra persona es más que suficiente.

El coche nuevo de Mike

Casi todos queremos lo más nuevo que hay, lo que está a la moda o lo que te dicen que es lo mejor, muchas veces no sabemos cómo funciona o qué tiene de especial, simplemente lo queremos. En el cortometraje, Mike compra un auto nuevo, pero resulta que tiene tantas funciones e innovaciones que ni siquiera él sabe para qué sirve cada una, su coche nuevo termina teniendo más problemas que ventajas, y Mike se arrepiente de haberlo comprado, al final del corto menciona que quiere el auto que tenía antes. Es importante valorar lo que se tiene, siempre estamos gastando en cosas nuevas que no necesitamos, no disfrutamos lo que tenemos porque ya estamos buscando algo más reciente, y a veces terminas dándote cuenta de que lo que tenías era mejor. Esto no sólo aplica en objetos; a veces dejamos una amistad de toda la vida por una nueva, dejamos nuestro estilo por uno que agrade a los demás, nuestras costumbres por costumbres nuevas, nuestra ropa por ropa nueva, más “a la moda”; pero hay que saber valorar lo que tenemos, sin compararse con los demás, sin querer tener lo más reciente. Cuando algo se pierde, es difícil llegar a recuperarlo, cuando nos damos cuenta de que lo queremos de regreso, ya es demasiado tarde.

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