El libro “El Arte de la guerra”, es una compilación de
una serie de consejos tan sabios que pueden ser aplicados para las batallas
cotidianas presentes en cada habitante de este planeta, sí, hablo de los
problemas.
Se dice que vivimos en un mundo de percepciones y no de
realidades, tal afirmación describe mi caso. Si tomamos en cuenta lo anterior y
encuestamos a mis compañeros de clase, la mayoría coincidirá en la idea de que
soy una persona muy abierta en cuanto a mi vida privada, sin embargo, no es
así. Es probable que confíe en los demás de manera errónea, pero siempre seré
partidaria de la idea de que por más problemas, muestra tu mejor cara y no
disperses tus vibras (cuando son negativas) a los demás.
Nos dice Sun Tzu:
“Una vez comenzada la
batalla, aunque estés ganando, de continuar por mucho tiempo, desanimará a tus
tropas y embotará tu espada. Si estás sitiando una ciudad, agotarás tus
fuerzas. Si mantienes a tu ejército durante mucho tiempo en campaña, tus
suministros se agotarán.”
Si tomamos la frase anterior de una manera menos literal,
tiene sentido en cualquier situación de carácter conflictivo. Lo interpretaré así. Hace dos años pasé por un problema muy fuerte, y comencé una guerra
interna. Con el paso del tiempo, pensé que había superado la situación, pero
conforme éste avanzaba, sentía que más me hundía, mis ánimos no daban para más,
me sentía estancada. Tiempo después encontré la solución, misma que encontré
hasta ahora, escrita en un libro de hace más de dos mil quinientos años.
Mientras leía, cada vez aumentaba la certeza de sus
escritos.
Citaré otra de las frases que llamaron mi atención:
“Si conoces a los demás y te
conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los
demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no
conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada
batalla.”
Una vez más las afirmaciones del guerrero aciertan en
cualquier ámbito. ¿Por qué? Retomemos el tema de la lucha constante interna, la
que sufrimos todos, día con día. Para ganar tus batallas, en este caso vencer
tus miedos o solucionar tus problemas tienes que conocer todo acerca de tu
enemigo, pero aún más importante, tienes que conocerte a ti mismo a la
perfección. Si no conoces el punto débil del enemigo, jamás podrás ganar la
batalla. En cambio sí lo conoces, ese será tu principal objetivo, además de
conocer el tuyo el cual vas a proteger, por tanto la gloria será tuya.
Por ejemplo, mi peor enemigo es el miedo, su punto débil,
mi valentía. Si no me conociera, ni conociera de los límites que puedo
alcanzar, mi enemigo estaría presente en cada situación de mi vida, ¿cómo lo
puedo vencer? Enfrentando los acontecimientos pese a cualquier consecuencia.
Y por último mi frase preferida;
“Para poder vencer al
enemigo, todo el mando militar debe tener una sola intención y todas las
fuerzas militares deben cooperar.”
En términos generales, todos tenemos algún enemigo, y
como la frase dice para poder vencerlo, tenemos que poner todas nuestras
fuerzas, buscando con ellas un solo fin, la victoria.
Sé que es difícil vencer o solucionar nuestros problemas,
cabe mencionar que viviremos con ellos toda nuestra vida, sin embargo, tenemos
que enfocarnos en un solo objetivo. Si mi mayor enemigo es el miedo, tengo que
vencerlo día con día, a como dé lugar, si dejo que este se apodere de mí el
triunfo será de él, y mi guerra constante se convertirá en una permanente.
En conclusión, creo que este es un libro muy sabio y
acertado, a pesar de que los tiempos cambiaron, su certidumbre es indiscutible.
Al terminar mi lectura, solo podía pensar; “No cabe duda,
que a pesar del paso de los años,
siempre las personas con experiencia, nos darán los consejos más sabios, tan
certeros que algún día se convertirán en los mismos que regirán una sociedad o
nación, no de una manera tan literal, pero un claro ejemplo es Sun Tzu”
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