Literatura I
Ernesto Meléndez Sierra
De la tierra y sus labradores
Érase una vez un burro y un buey.
El buey siempre trabaja la tierra
el burro igual, pero de otra manera.
El buey se levantaba por las mañanas
y, a arar la tierra andaba,
desde el alba hasta el crepúsculo,
el buey movía lo suyo
y aunque mucho lo intentaba
al burro nunca le ganaba.
Éste al atardecer dormido seguía.
Trabajar todo el día no pretendía.
No era necesario, pues ya sabía
que las maquinas por él trabajarían
Moraleja:
Con agua, tierra y tractor, cualquier perplejo es agricultor
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