Taller de Lectura y Redacción I
Gerardo Carmona Gómez
El lenguaje ha sido deformado a través del tiempo, buscando facilitarlo, hacerlo sonar “gracioso” o por la ignorancia de quien lo usa. Estos cambios no sólo han alterado la manera en la que se escuchan las palabras, también su escritura. Sin embargo, muchas de las modificaciones que se han hecho son erróneas, es decir, no han sido establecidas como reglas del idioma, pero se ha quedado la costumbre de utilizarlas y escribirlas de la manera incorrecta, haciendo creer a una gran cantidad de personas, entre éstas yo, que la ortografía de ciertas palabras es la correcta, cuando no lo es.
Si bien es cierto que las contracciones de palabras como “que” por “q” o “ke”, el evitar los signos interrogativos, no poner las tildes y acciones de este tipo nos ahorran el tiempo en algunas ocasiones, puede dificultar la comunicación de una idea o hacer que ésta sea malinterpretada, además de ser incorrectas. Para evitar errores o complicaciones en la comunicación escrita debemos seguir las reglas ortográficas a la hora de escribir.
También, existen casos en los que las personas escriben como ellas piensan, sin esforzarse por seguir las reglas de ortografía al momento de escribir; esto entorpece la comprensión de los textos, dejando una idea imprecisa, sin mencionar el hecho de que es desagradable el leer y encontrarse faltas de ortografía.
Entonces, la presencia de la ortografía nos ayuda a comprender mensajes y transmitir ideas de manera apropiada, es por eso que las reglas ortográficas deben ser conocidas y aplicadas.
Uno de los métodos más efectivos para tener una buena ortografía es la práctica de ésta, es obvio que si el uso de estas reglas no es frecuentado, a la hora de tener que redactar algún escrito formal serán cometidas un montón de faltas.
Otro método es la lectura, que, además de enriquecer nuestra cultura sobre determinado tema y brindar placer a quien la realiza, expone palabras con buena ortografía, haciendo que, por medio de la memoria y la familiarización con las palabras, escribamos bien. Cabe aclarar que los libros son los medios con mejor ortografía, en Internet los errores abundan.
Pero recordemos, nadie es perfecto, ni lo será.
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