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viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Libres? ¿En serio…? / Alegoría de la caverna

Literatura I
Rikki Tatsumi Matsumoto Barbosa
¿Vivir prisioneros de la libertad?
Es muy difícil decir que todo lo que es no es y que todo lo que no es, es.
Platón dentro de su alegoría “Alegoría de la caverna” nos plantea una realidad que va mas allá de lo que nosotros estamos acostumbrados a creer, postula que cuando nosotros creemos ser libres en realidad somos prisioneros, pues estamos atados a nuestras creencias, a la religión, a las normas de comportamiento social.

Pero…
¿Quién rige o decide que es correcto y que no lo es?
Pues nosotros mismos, porque nos refugiamos en lo que conocemos ya que nos aterra lo que no conocemos y no nos arriesgamos a ser mal vistos, por ser en verdad libres.
Platón dice que todo nuestro universo se delimita por aquello que conocemos, y que el desconocimiento de la realidad o aun más la falta de interés por la comodidad de no buscar acerca de lo que hay más allá de nuestra realidad diaria es aquello que nos esclaviza, lo que nos apresa.

Verbigracia, las expresiones artísticas deberían ser un acto deliberado de creación que nos llenara de alegría, pero aun cuando nos divierte, en ellas también seguimos reglas: al pintar debes tener una técnica para que el resultado sea estético o agradable; si bailas debes ser preciso en tus movimientos para que se aprecie la uniformidad de la coreografía; y si tocas música debes seguir las notas de un pentagrama o por lo menos un ritmo pautado por sonidos, pausas y silencios. Y aun al no seguir todas estas reglas el producto puede resultar agradable a los sentidos.

Cuando nosotros queremos ser diferentes nos pintamos el pelo de azul y lo planchamos, vistiéndonos de negro pintándonos las unas y ojos de igual color queriendo pertenecer a lo que hoy conocemos como “emos”. Aun así debemos seguir un cierto código, es decir reglas no escritas ya que si no las cumples no eres apto de pertenecer a tal tribu urbana. Lo mismo ocurre con el resto de los grupos sociales a los que pretendes pertenecer, buscando encajar y parecerte cada vez más a ellos, volviendo al cobijo de la uniformidad de un grupo.
Es por ello que la reflexión de Platón me parece correcta y aplicable a muchas situaciones.

Los grades genios, estadistas, científicos, y humanistas del mundo, de todos los tiempos han sido tachados de locos, tontos, o por lo menos inadaptados, pues algunas de sus ideas o acciones han estado en su momento, completamente reñidas con los convencionalismos de la época.

Un joven californiano creyó que cada persona debería tener acceso a una computadora en su propio hogar, el resultado una empresa multimillonaria y un estilo de vida totalmente diferente de trabajar, comunicarse, divertirse y convivir. Steve Jobs marca un antes y un después en la era computacional.

Al final en la “Alegoría de la Caverna”, el prisionero liberado quiere regresar a compartir lo que el descubrió más allá de su realidad: la cueva; sus compañeros lo ignoran y tachan de loco pues no conciben aquello que escuchan de lo que hay afuera mas sus ojos no vieron y deciden matarlo para hacer callar sus perturbadoras palabras.
Es por eso que debemos ser cuidadosos a la hora de compartir el descubrimiento de cosas que no son tan comunes, para evitar ser considerados locos, inadaptados o incluso recibir el trato de aquel prisionero.
Considero que la alegoría de Platón es correcta acertada y aplicable aun en estos días.

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