Marzo
2017
Prof. José Luis Velarde
Literatura
Agradecimientos
Quiero agradecer primero que nada a mi madre, esa
señora que a pesar de tantos tropiezos nunca me ha dejado sola y que siempre me
ha alentado a seguir adelante, ya que se fija en mí como lo que ella no pudo
alcanzar a lograr. En segundo lugar tengo a mi prima, que sin su ayuda no me
hubiera podido dar cuenta que me apasiona lo que hago y que quiero llegar lejos
en este ámbito. En tercer lugar tengo a mis maestros actuales, los cuales me
han enseñado que no se debe llorar en el salón de clases, se debe de llorar
cuando estés afuera del escenario, que ya hayas terminado la coreografía y te
hayan premiado, que es ahí cuando todo nuestro sudor, lagrimas, cansancio y
esfuerzo valdrán la pena, que no todos es fácil y que se debe de luchar por una
recompensa si es que quieres que tu trabajo se reconozca y quieres llegar
lejos, que la palabra “no puedo” no existe y que cuando algo no nos salga debes
de seguir intentando y no cerrar tu mente a que no te sale. También me parece
importante mencionar al Profesor Velarde, ya que me obligo a hacer este ensayo
poniéndome a prueba con algo que era un reto para mí, por la cuestión de que
tengo poco tiempo y cosas así, también porque me ha enseñado muchas cosas sobre
la escritura y que sin ellas no hubiera podido terminar este ensayo o estaría
perdida. Otra persona que me gustaría mencionar es a mi padre, ya que sin sus
dudas sobre mi arte no me habría dado la ardua tarea de demostrarle que si
puedo a llegar a ser muy buena en lo que hago y que la danza no sólo es un
deporte, sino que es mi vida.
Índice
Introduccion…………………………………………………………………………………………………………….………………….2
Desarrollo………………………………………………………………………………………………………………..……………..…..3
“La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos el material del que el arte está hecho”.[1]
Hipótesis
Para este proyecto me tomaré la ardua tarea de poder demostrar por qué
el baile es tan importante en nuestra vida, de cómo llegar a un escenario
difícil, de por qué el ser bailarín es complicado y puede llegar a querer dejar
todo; que todo el esfuerzo que hiciste se te venga abajo solo por una crítica
que te hicieron o por un trabajo mal hecho. En la vida hay obstáculos y
conforme vamos creciendo, la vida nos va enseñando a superarlos y a dejarlos
atrás; es cierto que a veces te da por querer abandonar todo y pensar que no
mereces estar ahí, que no naciste para hacer eso, que no sirves en lo que
haces, pero lo peor que puedes hacer es tener esos pensamientos, todos tenemos
una razón de ser, todos tenemos nuestros ámbitos para resaltar, nadie vino sin
una razón, el punto aquí es encontrarla y el porqué, porque amamos tanto lo que
hacemos, porque a pesar de que nos digan que no somos buenos en ellos y que
nunca podremos llegar lejos seguimos aferrados a continuar intentando, porque
le dedicamos tanto tiempo, quien fue nuestra inspiración. Preguntas como estas
y muchas más podremos encontrar en nuestra interminable búsqueda hacia la
verdad, pero el punto de esto es saber contestarlas, que en medida que vamos
avanzando ir encontrando pistas para poder seguir adelante, es importante no
desalentarnos y nosotros mismos darnos ánimos para seguir, porque si no lo
hacemos nosotros, ¿quién lo hará?
Capítulo 1
Explicaré por qué existe el baile, por qué a la gente le
gusta ver o practicar el baile, también diré cómo ha influido en mí. Es algo
difícil ser bailarina, porque cambias muchas cosas por ensayos, por viajes o
por competencias, muchas de las personas lo consideran una locura ya que
prefieren salir con sus amigos y tener diversión; por otro lado, las personas
que practican el baile prefieren estar en un salón lleno de espejos escuchando
música, haciendo mil veces la misma coreografía con una persona gritándoles y
corrigiéndolos.
Conforme vas avanzando
el nivel de dificultad, va creciendo y te van exigiendo más, he ahí cuando te
metes por completo al mundo de la danza. Todos sabemos que el baile o la danza es una serie de pasos guiados al compás de la
música; sin embargo, si a mí me preguntaran mi opinión sobre el concepto de
baile o danza, yo diría que es una manera de expresar a través de tu cuerpo lo
que tu boca no puede decir, muchos jóvenes sienten esa conexión con el baile y
me atrevería a decir que soy uno de ellos, en algunas ocasiones se dan cuenta
de esa conexión desde muy temprana edad, otros casos es que empiezan y tarde a
practicarlo, pero con esfuerzo y dedicación todo se logra y llegan a ser
grandes. A lo largo de los años el baile se ha visto sobrevalorado ya que se
dice que solo es para mujeres, pero también conforme han pasado los años se ha
demostrado que los hombres también pueden practicarlo y llegar tan lejos como
lo puede hacer una mujer. La mayoría de la gente piensa que el baile es solo un
arte y dicen frases como: “Si el futbol fuera fácil se llamaría baile”, no le
encuentro el sentido de ese tipo de frases, ya que en mi opinión, todos los
deportes, las artes, etc. tienen sus dificultades y no sería lo mismo
compararlos.
“El cuerpo puede dejar
de bailar, pero la mente debe seguir danzando”[2]
El baile me ha afectado
desde pequeña ya que desde que era una niña me impulsaron a caminar por el
sendero de la danza, todo fue culpa de una prima, que con poca edad logró
participar en obras musicales tan grandes y famosas. Recuerdo mi primera clase
de baile, para mí todo era nuevo, fue algo muy bonito, también recuerdo todo lo
que me hizo tomar la decisión de encaminarme por el camino del baile. La segunda
persona que influyó en mí para poder iniciar con el baile fue el profesor
Pablo, quien descubrió mi pasión por este arte cuando nos daban expresión
corporal, fue en su taller donde me di cuenta que tenía buenas aptitudes y
habilidades para lo que hacía.
Con el paso de los años,
les exigí a mis padres ingresar a una escuela de baile. Empecé desde chica con
este era mi doble trabajo, o al menos ese es el nombre que le pongo a lo que
hago, ya que por las mañanas tengo que levantarme temprano para poder ir a la
escuela, llego a mi casa a comer y a avanzarle a la tarea, de ahí me cambio
para poder irme a mis clases de baile. Hoy en día, se me ha dificultado ya que
así como en la escuela que cada año vas subiendo de año y de nivel pues en una
academia es lo mismo; en mi caso, yo ya alcancé el rango más alto, se podría
decir que mis horarios están muy bien organizados y se me ha hecho rutina de
todos los días. Es algo difícil de explicar cómo es que cuando estas pequeña
prefieres ir a un ensayo que a una fiesta, como cambias las cosas por sudor y a
veces hasta lágrimas.
“Es inmenso el placer que se experimenta en el recrear interpretando y en el sentir que se está transmitiendo al público un estado de emoción y goce.”[3]
Muchos no
saben el gran esfuerzo que un bailarín o una bailarina debe de hacer para poder
llegar hasta el escenario. Es muy diferente prepararte para una competencia que
prepararte para un festival anual o una presentación en algún lugar. Cuando
tenemos el festival anual, empezamos a prepararnos desde abril y la
presentación viene siendo hasta julio, toma tiempo prepararse para este tipo de
eventos, ya que no solo somos los grupos grandes, si no también están los niños
pequeños; es trabajar con niños y niñas con edades a partir de los 2 años, los cuales
nunca sabes si tienen ganas de trabajar o solo quieren ir a jugar; es muy
difícil poner una coreografía ya que no tienen buena retención y se les olvida
lo que les vamos poniendo; en el grupo de las babys, que nos las más chiquitas,
no es muy difícil lograr que te pongan atención, ya que apenas y alzas la voz y
estas ya estas calladas o sentadas, no necesitamos medidas de castigos para
este grupo.
El grupo
que sigue es el de los junior’s, que a diferencia de las baby’s les vale si
gritas y si ya no puedes más con el dolor de garganta, en este grupo es fácil
manipular ya que apenas hablamos de la maestra, la que es la jefa de ahí y
hacen las cosas pero rápido, a veces también nos hacen un mugrero de coreografía
y tenemos que andar atrás de ellos diciéndoles qué deben de hacer y cómo deben
de ir los brazos, las piernas, etc., y por más simple que parezcan los pasos
para ellos son los más difíciles que puede haber.
En el
otro salón están los preteens, que son jóvenes a partir de los 10 años hasta
los 13 o 14, esta edad se conoce como la rebeldía, nunca tienen ganas de
trabajar y quieren hacer lo que ellos quieren, son un nivel intermedio es la
edad cuando vas viendo que a una clase no vas a jugar si no a aprender y a
trabajar, empiezan a tener ese tipo de inspiraciones y empiezan a ver las cosas
de manera diferente, todavía a esa edad tenemos que andar gritando y
diciéndoles cómo deben de hacer las cosas y lo que está bien y lo que está mal.
Luego van las del nivel intermedio-avanzado,
son las de edades entre los 14 y los 16 años, este grupo es caracterizado por
creerse superior a los demás, que por ser del nivel intermedio-avanzado tienen
derecho a corregir y a decir y hacer lo que ellas quieran, sin embargo las
auxiliares y maestras estamos para ponerles los pies en las tierra, hacerles
ver que todavía arriba de ellas hay un grupo mayor, también son identificadas
por siempre tener flojera y hacer las cosas mal, no es que yo las haga
perfectas, pero a comparación de ellas lo hacemos mucho mejor.
Hasta el
final está el grupo de las grandes, o grupo de las avanzadas, caracterizadas
por ser el grupo con mayor ánimo que nada, por siempre estar jugando y casi
nunca tomarse las cosas en serio, pero no todo es juego, también tenemos
nuestros ratos de responsabilidades y de hacer las cosas como se deben, somos
las responsables de poner el ejemplo para las niñas que están antes de
nosotras.
En general, nos toma de dos a tres semanas
poder hacer de dos a tres coreografías, casi siempre deben de ser 6 o 7
coreografías por grupo, para poner las coreografías de las babys utilizamos las
canciones más alegres y más simples que podamos encontrar, para los Juniors
utilizamos las canciones un poco más repetitivas y con pasos fáciles, porque si
les pones canciones rápidas no se entendería lo que están haciendo. A los
preteens les ponemos canciones más alegres y movidas con pasos un poco más
complicados, para las teens tenemos las mejores canciones y los mejores pasos,
porque se dice que son las que más se lucen cuando lo bailan. En cambio a
nosotras las youngs nos ponen coreografías más avanzadas, con canciones más
rápidas y con mayor dificultad, o pueden ser lentas, que tienes que adivinar en
donde van los contrastes y los acentos. A
partir de esto y muchas cosas más tenemos que pasar para poder llegar hasta el
escenario, sin mencionar el tremendo gastadero de dinero que tenemos que hacer
para poder comprar más de un vestuario para más de una coreografía, y todo esto
solo para llegar a una recompensa, algo con lo que vivimos felices, sentirnos
bien en el festival anual, que no nos equivoquemos al hacer nuestras
coreografías, que todas vayamos en la misma sintonía y que al finalizar la
función, cuando se cierra el telón y bajas del escenario, las personas que te
fueron a ver puedan decirte: “Lo hiciste muy bonito, parece que ni te pesa
hacerlo”, eso para una bailarina significa demasiado ya que el propósito de
estas es hacer que en el escenario se vean estéticas y ligeras, su propósito
principal es evitar que la audiencia note que tan cansada te encuentras en ese
momento, que para llegar a ese escenario tuviste que soportar muchos gritos y
el inmenso cansancio de hacerlo una y otra vez, los eternos ensayos hasta altas
horas de la noche o despertar en las mañanas muy temprano. Todo esto es lo que la audiencia no debe de
sospechar, porque como bailarina tenemos la obligación de que cuando nos vean
bailar sientan lo que nosotros sentimos, tenemos ese arduo trabajo de decir lo
sobre lo que trata la canción sin decir una sola palabra, y digo arduo trabajo
porque no es fácil transmitir el significado de una canción a la audiencia, ya
que no todos son fáciles de enredar, no todos pueden caer con la misma
facilidad, como ha dicho la mayoría de la gente: “cada cabeza es un mundo, por
lo tanto cada quien piensa diferente”, dicho lo anterior se puede demostrar que
así como hay personas que pueden estar interesados o que les gusta ver o
admirar un recital de baile, hay personas que no les llama la atención, que no
les interesa en lo absoluto, que para ellos es pura basura, y nuestro objetivo
es que esas personas que piensan que el arte es basura salgan con una sonrisa
del teatro o el lugar en el que fue a vernos.
“El
bailarín del futuro será aquel cuyo cuerpo y alma hayan crecido tan
armoniosamente juntos, que el lenguaje natural del alma se habrá convertido en
el movimiento del cuerpo humano. El bailarín no pertenecerá entonces a nación
alguna sino a la humanidad.” [4]
En la vida
todos tenemos sueños cuando somos pequeños y en medida que vamos creciendo se
van convirtiendo en metas, dichas metas te hacen ver lo que quieres hacer en tu
vida y cuán lejos quieres llegar, cuando empiezas a trabajar en esas metas
empiezas a recorrer un largo camino para alcanzarlas, y te vas poniendo tus
metas a corto plaza, en el camino puedes llegar a toparte con muchos
obstáculos, para eso tenemos que aprender a sacarle la vuelta y seguir adelante,
ya que si te caes una vez no significa que ya no eres bueno y que tienes que
dejar de practicarlo; si te caes te levantas, te sacudes y vuelves a empezar.
Cuando te equivocas y te caes, cuando eres bailarín es fácil que todo el tiempo
te estén criticando, pero nadie sabe el sacrificio que implica bailar,
esquinzarse un tobillo, estar horas y horas tratando de que salgan 4 cuentas
coordinadas. Detrás de un bailarín hay un adolescente perdido por cumplir un
sueño, perdemos novios/as y amigos/as, también perdemos momentos familiares y
salidas; días, semanas o meses enteros haciendo ensayos, tratando de que la
coreografía asignada sea digna de nuestro agrado y del agrado de la maestra.
Dejamos el alma todos los días para mejorar y superarnos, cada vez que estamos
en el salón de clase y repetimos la misma cuenta y la misma coreografía, así
sea mil veces siempre buscamos mejorar en lo que hacemos, pero la gente no ve
eso, solo se fija que bailamos en un escenario lleno de luces y vestuarios
llamativos, cuando detrás de eso hay más que solo un bonito rostro y gente
moviéndose, si nos ponemos a pensar el sacrificio sería 3 veces más pesado que
lo que la gente piensa. He ahí cuando digo que las personas son de mente
cerrada, se limitan a ver que va más allá de las cosas, lo que hay detrás de
cada paso, de cada canción, porque para cada canción existe un porqué, no es
solo porque esté de moda o porque se escucha bonita, cada coreografía tiene su
contexto; en si una bailarina no es ella cuando baila, tiene el don de
transformarse en la persona que tiene que ser según el contexto de la
coreografía, tiene que olvidar quien es en verdad y sentir y escuchar la
música, para una bailarina es muy importante el oído, es una de las
herramientas más importantes que podemos tener, ya que gracias a él sabemos a
qué tiempos entrar, que acentos vamos a hacer y qué persona vamos a
interpretar. En mi opinión, una vez que eres bailarina nunca más vuelves a ser
un ser humano cualquiera, te conviertes en una persona apasionada, con una
sonrisa diferente, con los pies llenos de callos, con una postura elegante y
con alas en lugar de brazos, también me atrevo a decir que cuando eres
bailarina cambias salidas por ensayos, el estilo por el sudor en todo el
cuerpo, noches de fiesta por noches de presentación, ropa de moda que todas las
chicas usan por vestuarios costosos que no sabes si volverás a usar, pero al
final de cuentas no importa todo lo que hemos tenido que dejar atrás por el
simple hecho de obtener el gran amor y satisfacción de dar lo mejor de una
persona en el escenario. Los bailarines son las personas más dinámicas y llenas
de valor sobre la faz de la tierra, ya que tienen que lidiar con más rechazos
en un año que lo que la mayoría de las personas en toda su vida, cada día se
enfrentan al reto financiero de vivir con trabajos temporales, con la falta de
respeto de la gente que creen que deben obtener trabajos “reales”, y su propio
miedo de no volver a trabajar nunca más. Cada día tiene que ignorar la
posibilidad de que esa visión, meta o sueño a la que han dedicado toda su vida
es un sueño muy lejano, con cada año que pasa, muchos de ellos miran, mientras
las otras personas de su edad obtienen los valores de una vida “normal”, el
coche, la familia, los amigos, las fiestas; sin embargo ellos se mantienen
aferrados a un sueño sin importar los sacrificios, y he aquí la pregunta que la
mayoría de la gente no logra entender, ¿Por qué? Porque ellos están dispuestos
a dar su vida entera por momento, a aquella línea, gesto, sonrisa, o
interpretación que le robe el alma al público. Los bailarines son personas que
han probado el sabor de la vida en ese momento detenido en el tiempo, es como
si por un segundo, por un pequeño instante se detuviera y fuéramos dueños de
él, cuando entregan su espíritu creativo y tocan el corazón de alguien más, en
ese instante, estuvieron más cerca de la magia y la perfección de lo que nadie
más pudo estar, y en sus corazones saben que dedicarse a ese momento vale mil
vidas más.
Pero quién
dijo que bailar solo traía emociones de libertad al ser humano, si los estudios
realizados por el Colegio de Medicina de Albert Einstein de la ciudad de Nueva
York revelan que el baile disminuye el riesgo de demencia senil más que cualquier
otra actividad física y más que resolver crucigramas. Bailar en grupo o en pareja
estrecha los lazos sociales, y aprender pasos mejora la capacidad intelectual,
así como también se ha demostrado que al bailar desarrollas la coordinación y
te obliga a usar los dos hemisferios del cerebro, por lo que hace que ambos
hemisferios estén desarrollados de manera igualitaria; por otro lado, cuando
aprendes una coreografía, tienes que memorizar tiempos, acentos, melodías,
pasos y demás, por lo tanto esto hace que mejores tu capacidad de retener las
cosas, hace que tengas una mejor memoria, además que te ayuda a ser organizado
en tus tiempos y con las cosas que tienes que hacer durante tu día.
Esta
frase, cada vez que la escucho me pone a pensar en qué siento yo cuando bailo,
por qué bailo, para qué o para quién bailo, y la verdad es que cuando bailo, ya
sea en un salón de clases o en un escenario me siento libre, me siento con la
libertad de ser o de sacar a mi verdadera yo, porque es el único espacio en el
que yo estoy segura, en el que sé que puedo dejar de fingir una falsa sonrisa
que a veces tengo para disfrazar todo lo que atormenta soy libre de ser quien
yo quiero, soy libre de elegir qué paso va después o antes, a qué tiempos los
haré y todo gracias a que nadie juzgará mi trabajo, porque es mío; sin embargo,
siempre habrá personas que solo querrán
ayudarte y verte crecer en lo que haces, y para eso estarán, para ayudarte y
guiarte, pero no pueden elegir por ti, eres tu quien pone tus limites, quien
hace que lo imposible se convierta en posible. Hay personas que sienten tanto
la música que al bailarla todas sus emociones están ahí concentradas en ese
tiempo, en ese conjunto de movimientos, que al momento de subir al escenario se
convierten en personas que no son, me atrevería a decir que yo soy una de esas
personas, y más cuando me gusta la música, cuando una historia detrás de todo
lo que estas bailando te da más de mil razones para continuar, para por darte
por vencido, porque al poner un pie en el escenario te transformas en la
persona que vivió esa historia, empiezas a sentir un cosquilleo en el estómago,
tus manos empiezan a sudar y de un segundo a otro empieza la música, tu mente
esta tan acostumbrada a ella que al momento de escucharla es de manera
automática que empieza a sentir el ritmo, esa dichosa electricidad va
recorriendo desde la punta de tus pies hasta el último y más delgado cabello
que tienes pegado en la cabeza. El subir a un escenario puede ser lo más
aterrador que puede haber en la tierra, por otro lado puede ser la cosa más
maravillosa de todo el mundo, todo depende de cómo lo veamos, por ejemplo, a
una bailarina que apenas va empezando y si es su primera vez arriba de un
escenario, va a estar nerviosa y aterrada ya que lo vera muy grande, sin
embargo si ponemos a una bailarina que ya es costumbre estar arriba de
escenarios y que los maneja muy bien, pues si puede que le den nervios, pero
solo al principio, ya después se siente como si estuviera bailando entre un
colchón de nubes. Te sientes tan especial en ese momento, como si todos tuvieran
sus ojos en ti, solo tú, nadie más existe más que tú, no hay nadie más
importante en ese momento si no eres tú, cada movimiento es importante, es como
si tuvieras ese poder de captar su atención con solo levantar una pierna, es
algo tan maravilloso y es ahí cuando dices que todo el dolor, los regaños, las lágrimas,
el sudor gastado y cansancio valieron la pena.
“No
bailes para la audiencia, baila para ti.” [6] Dicho
por el gran coreógrafo, actor, director y cantante Bob Fosse.
Bob Fosse
fue uno de los grandes coreógrafos de la historia del cine y la comedia musical
de Broadway. Debutó en el teatro como bailarín y coreógrafo, además actuó en
algunas películas. En 1972 estrenó el famoso musical Cabaret, con el cual logró ganar el Oscar al mejor director y
demostró su increíble talento para crear números musicales. También dirigió Empieza el espectáculo (All that jazz) en 1979, una especie de
autobiografía en la cual analiza la figura de un coreógrafo obsesionado con la
muerte. Fosse se despidió del cine con un gran fracaso, Star 80 en 1983, la cual hablaba de la muerte trágica muerte de una
de las más famosas chicas de playboy, Dorothy Stratten. Sus coreografías se
destacaban por contar con técnicas estilísticas, como el cruce de tobillos, el
movimiento de cadera, los golpes de cadera, el balanceo de los hombros y las
posturas inclinadas. A pesar de ser un bailarín no tan dotado y sin formación
académica, logró crear un estilo coreográfico personal con influencias del
teatro burlesco y del jazz. Tras prepararse para la danza y para la escena, y
obtener su primer premio Tony por sus imaginativas secuencias de baile en los
musicales de Pajama Game y Damn Yankees.
Este coreógrafo, como ya antes
lo mencioné, era grande por sus grandes ideas, porque confiaba en su trabajo,
porque a pesar de todas las caídas y de todos los fracasos siguió intentando y
aunque no tenía una preparación
profesional había algo que le decía que si era su sueño luchara por
alcanzarlo y no se dio por vencido, siguió soñando, lo más bien como una meta
que tenía que alcanzar, de este personaje me llevo el aprendizaje de la locura,
de la pasión de nunca rendirme, que por más que me digan que no yo tengo que
encontrar un sí, tengo que confiar en lo que hago y que lo hago por mí y para mí,
no para nadie más, si bailo es porque a mí me gusta y porque es lo que a mi
llena hacer, nadie me obliga a hacerlo, es solo una pasión que mucha gente no
entiende, y que por fortuna o desgracia cuando logras visualizar un sueño que implique eso que te apasiona,
haces de todo para poder alcanzarlo, tienes en la mente una idea y de ahí no te
pueden sacar, eso es llegar a la locura por algo, amarlo y darlo todo por verlo
crecer.
“La gente me ha preguntado a
veces por qué elegí ser bailarina, yo no lo elegí, fui elegida para ser
bailarina y eso es algo que no puedes eludir, cuando algún joven estudiante me
pregunta sí creo que debe ser bailarín, siempre le contesto: “Si tienes que
preguntarlo, la respuesta es no”. Solo cuando existe una forma de hacer que tu
vida y la de los demás sea más intensa, deberá emprenderse esta carrera. Y
entonces conocerás los prodigios del cuerpo humano, pues no hay nada más
prodigioso. Cuando vuelvas a mirarte al espejo, fíjate bien en el ángulo de las
orejas en la cabeza, observa la forma del nacimiento del pelo, piensa en todos
los huesitos de tu muñeca, es un milagro, y la danza es la celebración de ese
milagro.”[7]
Desde el
momento en el que te conciben ya tienes un motivo por el cual viniste al mundo,
aunque tú no pediste venir al mundo te mandaron porque tienes una
responsabilidad aquí, cuando naces tus padres te dan un nombre, el doctor les
informa si está bien o si tiene alguna enfermedad, en mi caso nací de 8 meses y
nací con tobillos de cristal, los doctores pronosticaron que en mi vida no iba
a poder hacer ningún deporte, estaría centrada a mis estudios y que no podría
practicar ningún deporte. Dos años después de mi nacimiento, mi maestra del
kínder me lastima un codo, lo que hizo fue tirar de mi brazo, dejándome
lesionada, el doctor dijo que era una lesión muy común en los niños pequeños
llamado codo de niñera, esta se da por tener los huesos muy sensibles,
tiernitos, por lo cual, un mal movimiento puede causar una lesión, no es tan
grave, pero si tienes que tener meses de reposo. Al año
siguiente, mi madre provoca lo mismo en mi otro brazo, dejándome lesionada por
segunda ocasión, gracias a esto el traumatólogo me aconseja que no haga
ejercicio, que no es saludable y que mi cuerpo no reaccionaria bien. Sin
embargo, al cursar mis 4 años, mi amor por el baile empieza a salir a la luz,
empecé a querer bailar y me di cuenta que es lo que quería hacer por el resto
de mi vida, me metieron a ballet, mi primera clase fue algo maravilloso, me di
cuenta que con mi cuerpo podía hacer cosas inimaginables, eran posiciones exactas, pasos largos y
melodías celestiales. Después tuve que dejar el baile para entrar a gimnasia,
era disciplina, elasticidad, control del cuerpo y ritmo, en gimnasia aprendí a
cómo mantener mi cuerpo en perfecto
control, dos años después mi mamá me metió a clases de baile en una academia,
ahí me enseñaron técnica y a sonreír en cuanto piso el escenario, dejé de
bailar por dos años, me dediqué a mis estudios, pero no me fue del todo bien.
Después ingrese a la academia donde estoy en la actualidad, ingrese porque a mi
mamá le habían platicado de ella y como a ella siempre le había gustado la idea
que bailara, pues siempre me apoyaba en todo lo que hacía, me alentaba a seguir
adelante con lo que yo amaba hacer. Todo se complicó cuando mis tobillos
empezaron a fallar, un día por un mal paso que di se me torció el tobillo, ahí
fue cuando me hice un esquince de segundo grado, tuve que reposar por más de 4
meses, dejando tirada sin poder bailar, cuando me mejore regresé a bailar, por
unos meses estuve bien, hasta haciendo una de tantas acrobacias que hago me
torcí el otro tobillo dejándome con un esquince de tercer grado, por segunda
vez deje de bailar y no pude salir en el festival de ese año. Mis rodillas
también han sido un gran obstáculo para mí con respecto al baile, he estado a
punto de dejar para siempre la danza porque las lesiones en mis rodillas son
graves, no es algo fácil de tratar y se requiere de un reposo largo para que
puedan sanar de manera completa, pero soy tan terca que no importa, he llegado
a un punto donde ya se me hizo algo común que me duela, pero yo sé que no está
bien y que algún día mi cuerpo me va a cobrar facturas de todo lo que le estoy
exigiendo ahorita de joven.
“Me
convierto en las estrellas y en la luna, me convierto en el amante y en el
amado, me convierto en el vencedor y en el vencido, me convierto en el amo y en
el esclavo, me convierto en el cantante y en la canción, me convierto en el
conocedor y en el conocido, sigo bailando… Luego queda la eterna danza de la
creación, el creador y la creación emergen en un todo de goce, sigo bailando… y
bailando… y bailando, hasta que sólo queda… la danza.”[8]
Es difícil cuando personas
cercanas a ti te dicen que lo que haces está mal y no ven el sentido por el
cual lo haces, no encuentran el por qué te gusta, no saben cómo te hace sentir
y cuando te critican llegan a herir tus sentimientos tan profundo que te dejan
marcado.
Tal es mi caso con mi papá, es cierto
que para un padre siempre serás su orgullo y siempre querrán lo mejor para
nosotros, pero que pasa cuando un padre
trabaja para darle de todo a sus hijos, lo que sucede en esos casos es que
ellos están preocupados por darnos todo, trabajan todo el día para que al final
del día haya comida sobre nuestra mesa, y eso se los agradecemos mucho, están
metidos todo el día dentro de una oficina para que cuando les llegue su pago
puedan satisfacer todas nuestra necesidades y caprichos, pero en ocasiones no
se dan cuenta que a nosotros sus hijos nos falta algo más que solo vestimenta,
calzado y comida, nos faltan ellos, nos falta que se tomen un tiempo para que
podamos platicar. Para mí, y creo que para toda niña, mi papa es mi héroe, es
mi primer amor, es el que seguiría hasta el fin del mundo y el que me gustaría que
fuera eterno; sin embargo, él ha sido una de las personas que siempre me ha
cuestionado sobre el baile, aún recuerdo cuando me dijo: “¿Y el baile te va dar
de comer cuando estés grande? ¿De eso vas a vivir?” fue cuando me di cuenta que
a él no le gustaba la idea de que bailara; desde que tengo memoria, mi papá
sólo lleva de uno a dos años yendo a mis presentaciones, porque cuando yo
estaba pequeña la única que iba a verme era mi mamá y la única que me alentaba
a no dejar el baile era mi mamá, y en estos momentos es mi mamá la que me ayuda
a salir adelante con todo esto, mi papá no sabe lo que es ir a una competencia
conmigo, lo que es levantarse a las 5:30 de la mañana para tiempo después
levantarme a mí para prepararme y ayudarme con mis cosas para poder irme a los
cursos y terminar esperándome en una sala llena de niños y jóvenes, con maestros
y maestras, tener que encontrarme entre la multitud, tener que ir a comprarme
de cenar algo ligero porque no puedo comer cosas pesadas, ir a la habitación,
cenar y volver a una sala o a un pasillo a ensayar, dormir a las 11 o 12 de la
noche y al siguiente día tener que levantarte otra vez a las 5:30, porque me
tienen que peinar y mi pelo tiene que estar secado, tener que preparar
vestuarios, maquillaje, zapatillas, etc. Llegar al teatro a las 8 de la mañana,
ver doscientos cinco números diferentes, esperar de 3 a 4 premiaciones y luego
participar tú, salir de ese teatro a la 1:30 de la madrugada y todavía llegar a
buscar algún puesto abierto para cenar, ayudarme a quitarme el maquillaje y el
peinado. Son tantas cosas que involucran saber sobre mi vida y lo atareada que
es, y me duele saber que mi papá no tiene la mínima idea de eso, que a veces ni
siquiera le interesa, lo peor de todo es que yo me desvivo para que él se dé
cuenta que puedo llegar a alcanzar el ideal de hija que él me tiene por tarea, no
alcanza a ver que para mí es muy difícil llegar a ser esa hija que él quiere,
que no es fácil llevar dos trabajos a la vez, que me es complicado sacar unas
calificaciones altas y cumplir en mi academia, que en todo el día, al igual que
él, no piso la casa, que también llego cansada y con la cabeza llena de ideas,
que a veces pierdo muchas cosas que las jóvenes de mi edad hacen. Yo me esmero
cada día para ver que él está satisfecho con lo que hago, pero él nunca me dice
una sola palabra, a mí me gustaría algún día escuchar que está orgulloso de mi
y que confía en que algún día voy a llegar lejos en lo que hago, que él me
tiene fe y que nunca me dejara sola, pero cuando llego a casa lo único que
escucho son regaños y más exigencias, de algún modo esto me pone a pensar, pero
llega el fin de semana y cuando quiero salir y le pido permiso, su repuesta es
un no, es ahí cuando me cuestiono en que le he fallado para que me niegue las
cosas, para que no me apoye, para que no confíe en mí, porque al no confiar en
mí me lastima, porque a él no le importa mi arte, no le interesa lo que bailo,
nunca le ha interesado.
“Hay una diferencia cuando
estas bailando con la música que amas, cuando hay un encuentro entre la música
y el bailarín que se fusionan en uno, esas son las experiencias por las cuales
vivimos.”[9]
La diferencia entre la
música que tu elegiste bailar y que te gusta, y la que te ponen y no es de tu
agrado, es que al momento de interpretarla no la haces tuya, la dejas ahí, solo
la memorizas y la haces por compromisos, se llega a ver muy robotizada, sin
chiste, y ese no es el propósito de una bailarina, por eso casi siempre cuando
haces un solo o un dúo, te dicen que elijas la canción que más te guste, la
canción que tu sientas, porque para bailar algo tienes que estar en sintonía con la música, tienes que familiarizarte,
memorizarte sus armonías, la letra, los acentos, todo, es algo indispensable
para una bailarina eso, que cuando este bailando escuche la música y la sienta,
cuando la bailarina empiece a interpretar y a sentir la canción todo lo demás saldrá
sobrando, ya no importará, dentro del salón de baile solo serán ella, la
canción y sus zapatillas, por eso es que cuando están arriba del escenario se
ven tan ligeras y tan estéticas, porque se han familiarizado tanto con esa
música, con esa coreografía que ya su cuerpo lo hace de manera inconsciente, lo
hace en automático, ya lo único que le queda es disfrutar y dejarse llevar por
la dulce melodía de la canción.
Para bailar necesitas tener
un estado de ánimo o de plano estar confundido, porque lo que hace es que
cuando empiezas a bailar tu estomago empieza a funcionar como una licuadora, mezcla
y tritura todos tu sentimientos haciendo que salgan mediante fuerza,
proyección, control, puntas, brazos, apretar el abdomen, etc. todo lo que le
exigen a una bailarina. Una experiencia propia es cuando hice mi primer solo, no
sabía qué tipo de baile quería bailar, me sentía confundida y aterrorizada por
el hecho que estaría parada yo sola en el escenario, no habría a quien voltear
a ver para poder seguirla, solo era yo, todos los ojos estarían postrados en mí,
no habría otra alma en el escenario, era yo, la música y mi alma, tres
elementos fundamentales para captar la atención, por lo tanto la canción que
debía de elegir tenía que encantarme, fascinarme, tendría que amarla, tanto
como para escucharla mil veces y no hartarme, seguir amándola con todas mis
fuerzas, pero también tenía que tener un significado especial, algo que
quisiera decir, un mensaje oculto en mi coreografía, que la audiencia quisiera
ver más de lo que les presenté.
“Tienes que amar la danza para no dejarla porque la danza no
queda plasmada en algo material, no hay manuscritos que almacenar, no hay
pinturas que mostrar en muros y que puedan ser colgados en museos, no hay
poemas para imprimirse y ser vendidos, sólo queda ese fugaz momento en el que
te sientes vivo.”[10]
Para hacer algo tienes que
amarlo, porque si no amas lo que haces no disfrutas el tiempo que le dedicas,
hay personas que aún no saben cuál es fuerte, que les puede tomar mucho tiempo
en descubrir cuál es su verdadera profesión, que es lo que quieren hacer; por
otro lado, hay otras personas que en el momento en que escuchan la música saben
que quieren tocar algún instrumento, o quieren cantar o ser bailarines, también
se da en alguna materia, mi caso es con mi hermano, yo soy muy activa, no puedo
quedarme sentada, no puedo estar sin hacer algo, porque en cuestión de tiempo
llego a desesperarme y me bloqueo; en cambio, mi hermano es muy tranquilo,
tiende a permanecer en un mismo lugar por horas, tiene mucha paciencia, su
pasión es dibujar, tengo que admitir que dibuja de maravilla, para mí el dibujo
se me hace algo imposible, la verdad no logro entender su técnica o sus
secretos, nunca me ha salido el dibujar, pero para mi hermano se ve tan
sencillo que lo hace a diario y casi siempre tiene una nueva obra que mostrar,
también me enorgullece decir que en la escuela él va muy bien, lleva primer
lugar y no batalla con las materias, y menos con matemáticas, materia con la
que yo siempre batalle, nunca ha sido mi fuerte y para sacar buenas
calificaciones necesito esmerarme en estudiar y aislarme de todo el mundo para
poder concentrarme; mi hermano no necesita hacer eso, ya que con lo que escucho
y le enseñaron en clase es más que suficiente para que en los parciales logre
sacar una calificación perfecta.
“En la danza, emoción y técnica son importantes; el punto es
encontrar el equilibrio perfecto. Un bailarín con mucha emoción y poca técnica
es como un poeta con mucha emoción y un léxico pobre. La técnica es la
herramienta que te va a ayudar a expresar lo que tu espíritu siente. Practica
para dominar la técnica, pero no te quedes en eso, a riesgo de volverte
cuadrado y frío. Una vez que tu cuerpo asimile los movimientos ya no pienses en
la técnica, sólo siente. La danza es una experiencia liberadora cuando dejas
fluir lo que sientes; usa la técnica como una herramienta y nunca te olvides de
sentir.” [11]
Es fácil decir que
bailamos, pero en realidad no bailan, se mueven al compás de la música, bailar
en si es el arte de poder expresar lo que sientes sin necesidad de decir una
sola palabra, de hecho hay una frase que en lo personal me gusta mucho que
dice:
Esto quiere decir que
cuando una bailarina baila es porque tiene la necesidad de decir algo mediante
los movimientos de su cuerpo, que a pesar de que tiene su boca para hablar y
poder expresar lo que siente, ella prefiere quedarse callada y al subir al escenario
dar todo de ella, haciendo que la audiencia empiece a ver y a sentir lo que
ella trata de decirles sin necesidad de abrir la boca; se dice que al igual que
un poeta, para bailar necesitas estar enamorado o tener el corazón roto, eso es
mentira, no bailas porque tienes el corazón roto, o bueno si, pero no sólo
existen esos dos estados de ánimo, también existe el sentirse sola o
incomprensible, incluso confundida, otra cosa que también se dice es que cuando
estas confundido lo mejor que puedes hacer es bailar, ya que al momento en que
bailas te olvidas de todo y ayuda a poner en claro lo que sientes, en ocasiones
y casi muy seguido me pasa que cuando tengo un problema o que no sé qué hacer
con algo recurro al baile, ya que este me ayuda a tomar decisiones importantes
y de manera rápida, me ayuda a poner mis pensamientos en orden, la verdad no sé
qué haría si no bailara, para mí el baile es lo mejor que puede haber en la
vida y creo que aunque algunas personas consideran que el baile es pérdida de
tiempo, no es así, no puedes juzgar algo que no has intentado solo porque te da
miedo a lo que la gente piense de ti o porque se ha dicho miles de veces que
esto de la danza es solo para mujeres, digo esto porque la mayoría de las veces
los que hacen comentarios negativos sobre el baile son hombres y ellos nunca
saben si uno de sus hijos, en un futuro, les gustará bailar.
He aquí una frase tan
simple y tan fácil que comprender que no necesita de explicaciones, el bailar
no se piensa, se siente y se hace, cuando un bailarín piensa de más suelen
quedarse bloqueados, ya que es algo que su mente no logra asimilar, pero quien
dice que tiene que ser asimilado del todo por la mente, no hay necesidad de eso
cuando una vez que memorices la coreografía ya de lo único que te tienes que
encargar es de disfrutar la música, es de disfrutar ese pequeño y mágico
momento en el escenario, que no se podrá
quedar grabado. Sólo tienes que vivir ese momento.
[1] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Como dijo Ted
Shawn.
[2] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Rafael Zamarripa
Castañeda.
[3]
http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Rudolf Nureyev
[4] https://paziondedanzaoriental,wordpress.com/2013/09/20/cuando-las-frases-se-convierten-en-la-expresion-del-movimiento/
Como dijo Isadora Duncan.
[5] http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php?topic=14639.0. Frase
utilizada en la película de Billy Eliot producida por el director Stephen
Daldry en el año 2000.
[6] https://www.google.com.mx/search?q=bob+fosse+frases&biw=1366&bih=667&tbm=isch&imgil=EimWs2WarapNqM%253A%253BqHTIZAAOM-BS_M%253Bhttps%25253A%25252F%25252Fwww.pinterest.com%25252Fexplore%25252Fbob-fosse%25252F&source=iu&pf=m&fir=EimWs2WarapNqM%253A%252CqHTIZAAOM-BS_M%252C_&usg=__sWn8GdYciT1eD1KpzY1nRL3xaOk%3D&dpr=1&ved=0ahUKEwiCzMeMtJnLAhWmlYMKHaRiABwQyjcIPw&ei=xVrSVsLVJaarjgSkxYHgAQ#imgrc=EimWs2WarapNqM%3A
[7] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Dicho por Martha
Graham.
[8] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Dicho por Michael
Jackson
[9] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Dicho por Alicia
Alonso.
[10] Merce Cunningham, bailarín de ballet y coreógrafo.
[11] Sara Helga https://pasiondanzaoriental.wordpress.com/2013/09/20/cuando-las-frases-se-convierten-en-la-expresion-del-movimiento/
[12] Isadora Duncan, bailarina http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html
[13] http://edgarno.com/986943_Frases-sobre-danza.html Dicho por Michael
Jackson.
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