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martes, 7 de mayo de 2013

Botón, botón / Richard Matheson / Maribel Díaz Garza


Botón, botón
Maribel Díaz Garza
4º semestre de preparatoria
Las personas aprenden a pensar solo en ellas, a hacerse egoístas y creen que lo que hacen para cumplir sus metas no será la gran cosa; o al menos así se engañan. No te duele lo que pasa a menos que sea a uno de los tuyos o ti. Un muy buen ejemplo son las guerras, cuando uno de tus hijos, tu hermano o tu padre se va a combatir y muere; empiezas a odiar a la persona que lo mató o a su país de procedencia y piensas que son las peores personas del mundo; pero no piensas en cuantas personas mató tu familiar, a cuántas familias dejó sin hijo o sin padre. Por qué otorgar una medalla a alguien que mató para conseguir mas dinero, petróleo, territorio, para su país.
Botón, botón fue escrito por Richard Matherson autor también de “Soy leyenda”. Su estilo es suspenso, no miedo, sin tener que hablar de monstros o alienígenas te atrapa en una historia con buenos argumentos y un final inesperado, que al parecer podría ser obvio pero te enreda y te hace creer que no puede ser posible.
La señora es la que quiere tener todas las cosas que imaginó sin tener que hacer ningún esfuerzo, mientras que el señor sabe que está mal matar a alguien quien quiera que fuese, sería asesinar. No puedo pensar que alguien sea tan egoísta, pero existen personas así que no les interesan los demás y ponen la escusa que es para un bien, pero como no es su vida la que están sacrificando no les duele.
Picar el botón es tomar la decisión y ya no habrá vuelta atrás en las historia les ofrecen 50 000 dolares si lo tocan, pero la consecuencia será que alguien que no conocen morirá. Supongo que estando en una situación de miseria, donde no tienes con qué alimentar a tus hijos y si se enferman sabes que no sobrevivirán, sonará muy tentadora la oferta. Pero en el ambiente en el que se movían los personajes, solo por querer hacer un viaje a Europa no debería ni pasarles por la mente.
Al final de la historia la señora termina aplanando el botón a pesar que su esposo no lo aprobaba y dice que toman la decisión juntos. Como consecuencia, le llaman por teléfono para avisarle que su esposo ha sido aventado a las vías del tren y ha muerto, en ese momento recuerda que el dinero del seguro es de 25 000 dólares y se le otorga el doble si es por algún occidente. Habla con la persona que le entregó la caja y le dice que el trato había sido que no iba a conocer a la persona y el sujeto le dice que si en realidad cree que conocía a su esposo. Si te pones a pensar nunca terminamos de conocer a las personas, solo muestran lo que quieren que veas pero ni aunque pases toda tu vida junto a ellos las terminarás de conocer.
Muchas veces nos damos cuenta que al estar con otras personas cambiamos un poco nuestra personalidad, las personas conocen ciertas cosas de nosotros, pero en nuestra mente podemos guardar recuerdos que nunca compartiremos con los demás y que nos hacen ser como somos. Además pienso que ni nosotros mismos nos terminamos de conocer, de repente haces ciertas acciones de las que te sorprendes o tienes pensamientos que no creíste que fueras capaz de pensar. Lo más adecuado es conocer nuestros límites para saber o que podemos realizar.
Supongo que su esposo no la conocía a ella tampoco completamente, porque no pensaba que fuera capaz de presionar el botón y confiaba en ella, lo suficiente como para irse sin ninguna preocupación a trabajar. No imagino lo que ella ha de haber sentido, como pudo vivir con ella misma después de eso sabiendo que tenía 50 000 dólares en vez de su esposo, supongo que llega el final de la historia para salvarla de vivir con la culpa.

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